Acerca de los nombres


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Uno de los primeros datos para tratar de conocer a alguien es su nombre y queda incluido en los datos generales de cualquier persona. Se dice que la persona hace el nombre, pero en ocasiones se habrá de considerar que el nombre contribuye a ejercer cierto poder mágico en influenciar la vida de ésta.

Dra. Ana Cristina Morales Modenesi


El nombre consiste en la designación a través del lenguaje que se le aplica a una persona, animal, cosa y a un concepto para distinguirlo de otros. Algunas veces sucede que el nombre  no  llega a constituirse de manera necesaria  una singularidad de una persona, pero en  principio la intención fue esa, tal vez sin conocer la cantidad de homónimos existentes o el sobrevenir apresurado por nombrar a alguien de determinada manera.
El nombre propio pudo habérsele  ocurrido a alguien producto de  la lectura de un libro, un almanaque, o la proa de un barco, por la admiración puesta en un personaje de la televisión, de la política, de un imperio, de un país o de una nación.  Habrá quienes hayan heredado el nombre de sus progenitores o de un ascendiente significativo, también quienes fueron nombrados como una prueba de azar y otros a quienes se les ha nombrado bajo  un escrutinio minucioso buscando el significado de cada nombre.
Nombres elegidos con un designio propio, y tal vez, resulten con un efecto contrario.  Por ejemplo, si llamaron a una mujer Alegría pudo pasar que ella evidenciara esta emoción y las personas decirle que le hace honor a su nombre.   Pero  de manera contraria, si esta mujer llega a enfermar de depresión, la gente a su alrededor podría llegar a reprochar ello como una falta.
Dentro de las familias existe el riesgo de heredar un nombre de  una abuela, un tío… no tan gratos y eso provocar conflicto dentro de la relación familiar y en la propia existencia.  También pudo pasar que el nombre tenía un designio de las cualidades evidenciadas por sus antecesores, de tal manera que quien tuviese el fortunio o infortunio de llamarse de esa forma correría irremediablemente la misma suerte que los demás.
La existencia de nombres considerados tradicionalmente femeninos o masculinos y empleados en sexos contrarios,  también llevan una carga inicial bastante fuerte para dejar de ser observada.
Cuando  comienzan  el proceso de socialización las niñas y los niños, también se da inicio  a la evidencia de que su nombre puede provocarle malestar o desazón en su vida. Una de las maneras de manifestarse el acoso escolar es precisamente con burlas y sarcasmos referidos al nombre del escolar que pueden terminar en sobrenombres o caricaturizar al nombre.  Con el objetivo directo de intimidar, ridiculizar y avergonzar.
El nombre es la designación de una persona y constituye parte de su identidad.  Si bien es cierto que nadie tiene el destino escrito convendría muy bien pensar acerca de cómo vamos a nombrar a alguien.  Y desde el punto de vista del análisis que se establece dentro del proceso de psicoterapia el nombre es un primer paso.