Aceptan renuncia de obispo


El papa Benedicto XVI aceptó hoy la dimisión del obispo irlandés John Magee, ex secretario privado de varios pontí­fices y acusado de haber encubierto casos de pedofilia, en un gesto emblemático tras los escándalos que estallaron en varios paí­ses de Europa.


El anuncio fue hecho por la oficina de prensa del Vaticano, que menciona el artí­culo 401 del derecho canónico en su párrafo dos que aduce «razones graves».

«El Santo Padre aceptó la renuncia al gobierno pastoral de la diócesis de Cloyne presentada por monseñor John Magee, de conformidad con el artí­culo 401, párrafo dos, del código de derecho canónico», precisa la nota vaticana.

Magee, de 73 años, que fue secretario particular de tres papas, Pablo VI, Juan Pablo I y Juan Pablo II y maestro de Ceremonias Pontificias en 1992, fue implicado en el escándalo de abusos sexuales contra niños en un informe divulgado en diciembre de 2008 por la Iglesia católica irlandesa.

En el informe se cita, entre otros, los casos de dos sacerdotes de Cloyne (sur de Irlanda) acusados de abusos sexuales contra niños y considera que las medidas de protección de los jóvenes «no eran adecuadas y en algunos aspectos peligrosas».

Según las investigaciones, miles de abusos sexuales fueron cometidos por sacerdotes entre los años 50 y 80.

Después de esas revelaciones, cuatro obispos presentaron su dimisión, pero una sola de ellas era efectiva, la de monseñor Donald Murray, ex obispo de Limerick y obispo auxiliar de Dublí­n de 1982 a 1996.

La dimisión de monseñor Magee fue aceptada cuatro dí­as después de que el Papa reconociera en una importante «carta pastoral» la responsabilidad de la Iglesia católica por los abusos cometidos por sacerdotes y religiosos pedófilos en ese paí­s.

Magee habí­a renunciado a su cargo en marzo de 2009 y desde entonces un «administrador apostólico» ejercí­a sus funciones.

«Dada la difí­cil situación, Magee habí­a sido reemplazado en su diócesis por un administrador apostólico», explicó a la AFP el padre Federico Lombardi.

El obispo irlandés imploró este miércoles el perdón de todas las personas que fueron ví­ctimas de abusos sexuales por parte de miembros de su clero.

«Antes de irme, quiero ofrecer nuevamente mis más sinceras disculpas a cualquier persona que haya sufrido abusos por parte de cualquier sacerdote de la diócesis de Cloyne mientras fui obispo o en cualquier otro momento», escribió en un comunicado.

«A quienes decepcioné de cualquier manera, o a quienes cualquier omisión mí­a ha hecho sufrir, les imploro su perdón», agregó.

El Comité Nacional de Defensa del Menor irlandés le acusó de no haber sabido manejar adecuadamente el caso ya que se limitó a trasladar a los acusados a otros lugares.

La importancia del escándalo es tal que el mismo Papa manifestó «la vergí¼enza y el remordimiento» de toda la Iglesia en la carta divulgada el sábado en la que condenó a las autoridades eclesiásticas de Irlanda por su actitud pasividad ante las denuncias de pedofilia.

El pontí­fice anunció igualmente que serán efectuadas «visitas apostólicas», es decir inspecciones, a las diócesis, los seminarios y noviciados irlandeses involucrados en los escándalos.

«Se debe admitir que fueron cometidos errores de evaluación y que hubo faltas de gobierno», escribió el Papa en el capí­tulo dedicado a «los hermanos obispos».

La carta fue leí­da el domingo en todas las parroquias irlandesas e insta a los acusados a cumplir un «arrepentimiento sincero», con «oraciones y penitencias por aquellos que han ofendido» y auspicia que sean juzgados por «Dios y la justicia» ordinaria.

El mensaje no ha convencido a las asociaciones de ví­ctimas, que se han declarado decepcionadas con las palabras de Benedicto XVI, ya que esperaban señales y gestos más fuertes contra la jerarquí­a de la Iglesia no sólo de Irlanda sino de los demás paí­ses afectados, entre ellos Alemania, Holanda, Suiza y Austria.