Acelerador de partí­culas debe esperar


La reactivación del acelerador de partí­culas más grande del mundo, el LHC de Ginebra, se llevará a cabo probablemente hacia «mediados de noviembre», indicó ayer el portavoz de la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN).


El LHC, con el que se pretende avanzar en el conocimiento de la materia y el universo, sufrió una importante averí­a pocos dí­as después de entrar en servicio, en septiembre de 2008.

«No anunciaremos una fecha precisa pero contemplamos que sea a mediados de noviembre», declaró a la AFP James Gillies, jefe de comunicación del CERN, quien precisó que el LHC no funcionará este año a plena potencia.

Los 53 imanes dañados en 2008 fueron arreglados o sustituidos y se instalaron nuevos sistemas de seguridad a lo largo del anillo de 27 km de circunferencia enterrado a un centenar de metros bajo tierra a una y otra parte de la frontera franco-suiza, cerca de Ginebra.

Pero «hay aún algunas interconexiones en la máquina que tienen una cierta resistencia» y que podrí­an conllevar un calentamiento potencialmente peligroso para los imanes superconductores, enfriados a una temperatura muy cercana al cero absoluto (-273,15°C), añadió Gillies.

Cuando el LHC vuelva a ser puesto en marcha, los arreglos realizados garantizarán un corte de corriente muy rápido en caso de pérdidas, para que los imanes no se vean nuevamente dañados.

En un boletí­n publicado en su sitio internet, el lunes, el CERN recordó que se produjeron nuevas pérdidas hace tres semanas en dos sectores del LHC, lo que provocó un calentamiento.

Con los datos que proporcionará el LHC cuando trabaje a pleno ritmo, los fí­sicos esperan encontrar la prueba de la existencia de partí­culas efí­meras como el bosón de Higgs, que está en el origen de la noción de masa en la fí­sica teórica, o saber de qué está hecha la materia negra.

La construcción del LHC duró 20 años y costó 3.900 millones de euros.