Accidentes de tránsito no son casuales


Los accidentes de tránsito tienen elementos en común que apuntan a considerar que la principal causa de los mismos es la cultura generada en el ámbito de los transportes y de los transportistas.

Milton Alfredo Torres Valenzuela

La desidia, la negligencia, la voracidad mercantilista, la falta de control en lo concerniente a la capacidad y calidad de conductores y vehí­culos; la tolerancia a dichas actitudes y la imposibilidad casi absoluta de contrarrestarlas, son los signos culturales más inmediatos que ponen al descubierto un mal enraizado en lo más profundo de nuestra idiosincrasia chapina, tolerante hasta el paroxismo de los peores vicios que constantemente ocasionan daños irreparables a muchas familias guatemaltecas y al paí­s en general.

Tendrí­an que pasar al menos dos o tres generaciones de guatemaltecos bajo un cambio radical en su educación para que podamos o aspiremos a ver cambios culturales algún dí­a, en todos los ámbitos y especialmente en el que aludimos en este artí­culo.

Cuando vemos los gestos y las actitudes de estos chiflados del volante y a los otros chiflados que los contratan y toleran, viene a nuestra mente cierta tesis que no hace mucho fue difundida por los medios masivos de comunicación , la cual afirma que, dada las condiciones de sobrevivencia, especialmente la desnutrición crónica que padece gran parte de nuestros compatriotas, origina ciertas taras que se van agudizando conforme se fortalecen sus causas, es decir la pobreza y la desnutrición. Repito, cuando vemos las actitudes y los gestos de ciertos chiflados del volante, no cabe duda de que la tesis de las taras crónicas tiene validez. ¿Cómo exigirle a un tarado que amparado en una licencia de conducir hace lo que se le da la gana en la carretera y mata a más de medio centenar de seres humanos? No cabe duda de que las taras fisiológicas interactúan con las taras culturales.