Abusos sexuales, un infierno cotidiano


Aunque habitualmente no salgan a luz, casi a diario se reportan casos de abusos sexuales contra niños.

Dí­a a dí­a se efectúan denuncias sobre abusos a menores, algunos logran salvar su vida, otros aumentan las lamentables estadí­sticas, e incluso, padres se quejan que las autoridades no atienden sus demandas. Para evitar casos extremos es necesario que los responsables de menores no los descuiden.

Gabriel Herrera
lahora@lahora.com.gt

Esta semana surgió el caso de Rafael Alvarado, padre de una menor de 13 años quien fue violada en su propia casa por un lí­der religioso en Ciudad Gótica, colonia de Mixco. Alvarado relató que era la segunda vez que el agresor sexual ingresaba a su casa haciendo valer su orientación espiritual y la confianza de ellos como fieles, pero realmente sus intenciones eran otras. Por ello él y su esposa plantearon la demanda en la agencia No. 6 del Ministerio Público y el juzgado de turno, ambos en Mixco, pero las autoridades no permitieron que su hija fuera acompañada cuando estuvo frente al agresor en el juzgado de donde salió libre, indicó.

Los abusos y los riesgos para los menores también están en las calles. Bomberos Municipales recientemente atendieron a una menor de 15 años narcotizada que fue abandonada con su mochila y varios libros en un predio de la 24 calle y 26 avenida colonia Santa Elisa, zona 12.

Aunque esta menor corrió con suerte, no fue lo mismo para dos hermanas menores que fueron asesinadas y localizadas en un rí­o de aguas negras en Palencia la semana pasada. Una de ellas recibió una llamada telefónica y le anunciaron que habí­a ganado un premio y debí­an acudir a la terminal de buses en la Parroquia, zona 6.

Así­ fue como las menores salieron de su casa de habitación en Chinautla, a pesar que debí­an estar al cuidado de padres o tutores, pero por descuido o desobediencia cayeron en manos de delincuentes desconocidos.

Otro caso preocupante es lo que ocurre a personas que reciben tarjetas o productos de demostración, con supuesto fin de compra en buses o en la ví­a pública. Se han reportado casos en que algunas personas, fueron drogadas por medio de los objetos que recibieron ya que llevan alguna sustancia que en contacto con la piel, entra al sistema circulatorio y provoca desmayos. Ese es el momento que los delincuentes aprovechan para robar pertenencias y dinero, simulando estar en auxilio de la ví­ctima o aprovechan su desventaja fí­sica.

Lo principal es estar alerta, primordialmente educar a los menores contra la delincuencia y los casos mencionados. No recibir ni consumir nada de extraños podrí­a ser la mejor prevención.