La muerte de Carlos, el niño de 11 años en Huehuetenango como consecuencia de los daños que le causó que un primo y su amigo le inyectaran aire comprimido en el cuerpo, ha iniciado una reacción pública para que castiguen a los causantes del daño y se investigue a los padres de los mismos. Aprovechemos a pensar en esa otra serie de abusos contra los niños en Guatemala que no debemos seguir permitiendo.
alfonso.carrillo@meimportaguate.org
La penosa muerte de este niño nos permite detenernos un momento a reflexionar sobre el entorno y la situación de una gran cantidad de niños en Guatemala y nos da la oportunidad de que como comunidad reaccionemos y empujemos por cambios radicales necesarios para nuestro país.
Un niño es una de las maravillas del universo. Los seres humanos somos capaces de procrear seres a nuestra semejanza, sus progenitores tenemos la responsabilidad de alimentarlos, vestirlos y educarlos hasta llegar a la edad adulta. Cada niño es un ser inocente, lleno de fantasías, ilusiones, esperanza y que observa su entorno con sorpresa y admiración. Para un niño todo es nuevo, es una esperanza, es un brillo en sus ojos por el goce de lo que ven, experimentan y disfrutan.
Los niños son esponjas de aprendizaje, cada acto de sus padres, del entorno de los seres que les rodea les causa una huella, un impacto. Niños que crecen en un ambiente hostil, con violencia intrafamiliar o hacia ellos, aprenden de ello y les queda marcado con una huella que difícilmente podrá removerse durante el resto de su vida.
Un niño que crece con amor profundo, amor incondicional, que es tratado como niño, educado conscientemente en sus aspectos humanos, espirituales y de valores, crecerá fuerte y sólido y podrá replicar su entorno y multiplicar lo que recibió en su niñez. Los niños de cada generación son el futuro de años después.
Los guatemaltecos somos los únicos responsables del destino de nuestro país y sólo actuando juntos y civilizadamente podemos contribuir a que el entorno que tienen nuestros niños sea el mejor que está a nuestro alcance.
Crear, educar y formar niños es un desafío, es complejo pero es nuestro deber y responsabilidad asegurarnos que nuestros propios hijos reciban amor, valores, guías, educación y los elementos necesarios para formarse y ser adultos de bien.
El año pasado, la mayoría de niños que asisten a escuelas públicas sólo tuvieron 35 días de clases académicas en los centros educativos porque un grupo de personas que dicen llamarse líderes sindicales tuvieron tal poder e influencia que entre huelgas, paros y otros actos, se dieron el lujo de impedir que la mayoría de niños en escuelas públicas no recibieran educación idónea. Nuestro silencio, la preferencia de no involucrarnos en los problemas de la cosa pública y permitirlo, hace que consintamos ese daño a tanto niño.
La niñez guatemalteca en general está a diario expuesta a una sociedad violenta, con abusos de gobernantes y dirigentes, ejemplos de corrupción gubernamental, con un severo problema de drogas en su entorno, con un sistema de justicia con graves problemas de funcionamiento, y muchos problemas más.
Paralelamente, hay una gran cantidad de niños y jóvenes con graves problemas de desnutrición, lo cual hace más profundos los problemas para su formación.
¿Qué esperanza tienen los niños de ser tratados idóneamente en los hospitales públicos?
Somos parte de un sistema, somos parte de Guatemala. Es indispensable una conciencia común para apoyar iniciativas gubernamentales orientadas en la dirección idónea, así como iniciar la proposición de cambios que reorienten la dirección de nuestro país y dentro de ello la formación de la niñez.
Debemos iniciar dando espacio en nuestro pensamiento a la realidad actual. Si juntos hacemos conciencia de la problemática, participamos en las distintas maneras y formas que cada uno podemos interesándonos en nuestra comunidad, habrá esperanza para el país y ante todo para los niños.
Ojalá que la penosa muerte de Carlos, ese niño en Huehuetenango, sea la llama que inicie una reflexión de la grave situación de la niñez guatemalteca y todos pongamos un grano de arena para impulsar un cambio radical y apoyar las propuestas que en ésta área hagan las autoridades.