Abusivos aumentos de precios en los supermercados


Mientras la mayorí­a de la población guatemalteca se preocupa por los problemas nacionales como la ola de criminalidad, la falta de oportunidades laborales, salud, educación y economí­a, un puñado de «empresarios» vuelve a la carga para acometer en la aplicación de nuevos precios a los productos que venden.

Fernando Mollinedo
fermo@intelnet.net.gt

Hace algunos meses cuando estuvo de moda la crisis económica mundial, las empresas transnacionales propietarias de cadenas de supermercados, los empresarios nacionales en Guatemala y el sector comercial en general publicitaron la rebaja de algunos de sus artí­culos ante la ausencia de potenciales compradores. Las rebajas ofrecidas fueron casi insignificantes, pero invitaron al público consumidor para acercarse a realizar sus compras en un ambiente económico propicio; tal circunstancia duró poco tiempo; desde hace mas o menos un mes, la escalada de precios en los supermercados y almacenes es tan significativa que de nuevo, los consumidores se están alejando de hacer compras en supermercados y almacenes prefiriendo ir a los mercados públicos. Para muestra un botón: la cadena estadounidense propietaria de la mayor cadena de supermercados en el paí­s, ha aumentado el precio regular de sus productos de forma desproporcionada, es decir, que en relación al precio anterior que estuvo vigente hace dos semanas, el precio actual de algún producto cuesta lo que costaba antes y una cuarta parte más. En rí­o revuelto, ganancia de pescadores… pareciera ser el lema que utilizan estos tiburones económicos, quienes aprovechando la escandalosa situación nacional y sin respetar las normativas impuestas por el gobierno guatemalteco, ellos disponen de cuanto y cuando hacen los aumentos a los precios existentes. De esa forma y ante el monopolio ejercido con la venia o el «dejar pasar» de las autoridades del ministerio de Economí­a, los precios aumentan semana a semana con el consabido detrimento para el consumidor final. Y por si fuera poco, sigue el descomunal «hueveo olí­mpico» en las cajas donde el consumidor para sus productos; l@s cajer@s NO ENTREGAN EL VUELTO COMPLETO con el pretexto de que «no tienen sencillo», se quedan con tres, cuatro y hasta con cinco centavos en cada compra; PERO… si a usted le hacen falta esos tres, cuatro o cinco centavos para completar el pago de su cuenta, no le dan los productos, debiendo prescindir de alguno de ellos. ¿Cuántos miles de quetzales diarios se huevean l@s cajer@s con órdenes de sus patronos? ¿Qué dice ante esto la DIACO? Lo que estoy planteando – como dirí­an en el oriente del paí­s- es la pura verdad, no son babosadas y como corolario, las facturas que extienden apenas si son legibles porque están más pálidas que tres muertos juntos. Esto sucede ahora que no se ha hecho efectiva el alza a la energí­a eléctrica, cuando eso suceda, nos van a encaramar otro aumento, y la DIACO, ¡BIEN GRACIAS! Son tiempos de Solidaridad.