Sebastián Abreu, un virtuoso del deporte que empezó a destacar en básquetbol y voleibol pero se volcó en el balompié, irá a Sudáfrica-2010 con la ilusión y los sueños de «entrar en la historia del fútbol uruguayo», en su segunda participación en Copa del Mundo, tras 2002.
«Quiero disfrutar este Mundial, porque me arrepiento de no haber disfrutado el Mundial-2002. Tenemos un plantel humilde pero competitivo y tenemos que enfocarnos en Francia para empezar con buen pie el Mundial», afirma el «Loco», uno de los hombres con más trayectoria del plantel de í“scar Tabárez.
El experimentado delantero ha recolectado esa experiencia en 16 años de carrera, en la que se ha convertido en el gran trotamundos en liza del ecuménico, con casi veinte clubes de siete países distintos, en algunos de los cuales estuvo en dos o tres etapas, como en su querido Nacional de Montevideo.
El jugador de Lavalleja, de 1,93m, responde cuando se necesita un gol y lo mejor es apuntarle a una cabeza prodigiosa, como ha demostrado en Argentina, España, Brasil, México, Israel, Grecia y su Uruguay natal.
A lo largo de ese prolongado periplo, Abreu fue construyendo un museo personal con más de 300 camisetas de grandes figuras con las que jugó o enfrentó. La del argentino Diego Maradona y el brasileño Ronaldinho son sus preferidas.
«Me gusta llevar estadísticas para saber lo que uno hace, lo que el equipo hace, lo que el rival hace y para que el día de mañana mis hijos sepan lo que hizo su padre, porque en el fútbol la memoria se pierde y guardar las estadísticas es un gran argumento para dejar bien en claro quién es uno y lo que ha conseguido», cuenta el enloquecido del número 13.
«El dolor ratifica mi ser», suele decir el ex delantero de Deportivo La Coruña y Real Sociedad, dueño de un humor particular con el que se ha ganado el apodo de «Loco», por sus constantes bromas y frases graciosas en el campo.
«El primer objetivo se llama Francia», confiesa el «Loco», cuya selección está encuadrada en el grupo A con Sudáfrica y México, un fútbol que conoce de sobra por sus pasos por el Tecos, Cruz Azul, América, Dorados, Monterrey, San Luis y Tigres, su última escuadra azteca en 2007.
Con ese currículum respetable, Sudáfrica-2010 lo espera para que se tome la revancha, aunque para el Loco «ya es un honor estar en el torneo entre tantos grandes y disfrutar del Mundial». Seguramente, también con alguna de sus bromas y locuras con el sello inconfundible de Abreu.