El Templo de Venus y Roma, el mayor templo de la Roma imperial, fue abierto al público tras casi 30 años de excavaciones, y en medio de una tempestad política por el mal manejo del patrimonio arqueológico de Italia tras el derrumbe de la Casa de los Gladiadores de Pompeya.
El templo, de 100 metros de ancho, localizado en el corazón del Foro Romano, cerca del Coliseo, fue construido por el emperador Adriano en el siglo II (del año 121 al 135), estaba rodeado por una fila de columnas y actualmente presenta dos nichos semicirculares y vestigios de pavimentos decorados con mármoles policromos.
Dedicado a dos diosas — Venus, diosa del amor y Roma, ciudad eterna y a la vez amor escrito al revés o el otro amor, el simétrico– contaba con dos celas que estaban dispuestas simétricamente, con la estatua de Roma dirigida al oeste y la de Venus al este.
«Hemos restaurado para Roma uno de los símbolos de poder y gloria del Imperio Romano», declaró a la AFP Claudia Del Monte, la arquitecta encargada de la restauración durante la apertura oficial.
La limpieza de los mármoles ennegrecidos por la contaminación de la ciudad y el mantenimiento de todo el área, costaron 264.000 euros, «ni un euro más», recalcaron los expertos.
Si bien fue cerrado al público desde la década de los 80, muchos conocen el templo debido a que el fallecido pontífice Juan Pablo II presidió en varias ocasiones las ceremonias del Viernes Santo desde su colina.
«Los italianos deben tener más conciencia de su enorme patrimonio y cesar de maltratarlo», comentó la arquitecta.
A la inauguración no asistió como previsto el ministro de Cultura, Sandro Bondi, a quien la oposición de izquierda amenazó el miércoles con presentar dos mociones de censura en el Parlamento e invitó a renunciar por el grave derrumbe en Pompeya, cerca de Nápoles, en uno de los monumentos más visitados de Europa.
«Si fuera el responsable, renunciaría», declaró por su parte el ministro, quien considera que faltan expertos y administradores para manejar adecuadamente el inmenso patrimonio arqueológico y artístico de la península.
«No se ha podido imponer o definir en tantos años una estrategia para la conservación del patrimonio», reconoció Bondi.
Para la experta de la asociación de defensa del medio ambiente y los bienes culturales Italia Nostra, Maria Pia Guermandi, «todos los sitios arqueológicos de Italia corren peligro», entre ellos el Foro Romano, la Domus Aurea e inclusive El Coliseo, «sólido, pero con problemas de aguante», dijo en una charla con la prensa.
«Hay que dejar de excavar por al menos 10 años y dejar de presentar grandes novedades arqueológicas a la prensa y concentrarse en la recuperación gradual de ellos para que sean seguros», propuso.