El 87º festival de Salzburgo (Austria) fue abierto oficialmente ayer por su nuevo director, el alemán Jurgen Flimm, y el presidente austriaco, Heinz Fischer.
El pistoletazo de salida de este festival de ópera, teatro y conciertos, que combinará audacia y diversidad hasta el 31 de agosto, correrá a cargo de la Orquesta Filarmónica de Viena el viernes por la noche.
«Somos conscientes: siempre resulta difícil ser novedosos mientras que lo conocido nos protege», pero «sabemos hasta qué punto son esenciales el pensamiento y la creación de hoy para mañana», declaró Flimm, antes de desear al público «un festival bello, excitante y repleto de debates».
La gobernadora de la provincia de Salzburgo, Gabi Burgstaller, hizo alusión al reciente fracaso de la ciudad como candidata a los Juegos Olímpicos de Invierno de 2004 tras ser batida por Sotchi (Rusia).
«Para los juegos olímpicos de las artes, Salzburgo es el lugar lógico de representación», declaró.
Durante la ceremonia inaugural, la orquesta de Mozarteum e Ivor Bolton interpretaron la apertura de «Armida» de Haydn, una ópera de la que Annette Dasch entonó varias arias, mientras que Peter Seiffert cantó «Freischutz» de Weber.
El año pasado el festival de Salzurgo fue consagrado a Wolfgang Amadeus Mozart, con motivo del 250º aniversario del nacimiento del gran músico austriaco.