La Unión Europea consideró el lunes indispensable la contribución de China a la lucha contra el cambio climático, al tiempo que exhortó a todo el planeta a intensificar sus esfuerzos para combatir el fenómeno, a una semana del inicio de la conferencia de Copenhague.
«No se puede hacer frente al desafío del clima (…) sin que China adopte un papel de líder y (acepte su) responsabilidad», declaró el primer ministro sueco, Fredrik Reinfeldt, presidente de turno de la UE, al término de una breve cumbre chino-europea en Nankín (este de China).
A nivel general, Reinfeldt también dejó claro que es necesario «hacer más» para luchar contra el calentamiento del planeta y no sobrepasar un aumento de la temperatura de dos grados centígrados.
«Pensamos hasta ahora que las contribuciones mundiales para reducir (las emisiones) no son suficientes para (no sobrepasar) un aumento limitado a dos grados centígrados», señaló en una conferencia de prensa conjunta con el primer ministro chino, Wen Jiabao, y el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso.
«Hay que hacer más», añadió el presidente de turno de la UE, a una semana del comienzo de la conferencia de la ONU sobre el clima de Copenhague (7-18 de diciembre) en la que participarán 192 países.
«Nuestros esfuerzos voluntarios son serios», respondió por su parte el primer ministro chino, afirmando que «marcan una importante contribución a los esfuerzos mundiales».
«China da gran importancia a la conferencia de Copenhague», dijo el jefe del gobierno del primer país emisor de gases de efecto invernadero del planeta.
«China está decidida a hacer avanzar la conferencia en la buena dirección», aseguró Wen, que estará presente en la conferencia de la capital danesa.
Los países en desarrollo, con China a la cabeza, consideran que el cambio climático es un asunto general pero subrayan que los países industrializados son más responsables y deben asumir esa responsabilidad histórica, haciendo por tanto mayores esfuerzos en la reducción de sus emisiones de gases de efecto invernadero.
Los países emergentes esperan de esta forma de los desarrollados un apoyo financiero que les ayude a adaptarse al cambio climático.
En este sentido, el primer ministro chino reiteró una de las peticiones clásicas de Pekín y de los otros países emergentes al declarar su esperanza de que «la Unión Europea se comprometa a una transferencia de tecnología» para favorecer una economía más ecológica.
China anunció por primera vez la semana pasada un objetivo cifrado en cuanto al cambio climático, comprometiéndose así a reducir su «intensidad carbónica» (emisiones contaminantes por unidad de PIB) entre un 40 y un 45% de aquí a 2020 en relación a 2005.
«China es un país en desarrollo que se encuentra en un estadio clave de industrialización y urbanización», añadió Wen al precisar que, en términos acumulados de emisiones por habitantes, su país, el más poblado del mundo con 1.300 millones de habitantes, «está lejos de los desarrollados».
En el plano bilateral, China y la Unión Europea (UE) destacaron, en una declaración común, que «en un contexto internacional complejo y en evolución constante, las relaciones UE-China superan el marco bilateral y adquieren una dimensión internacional».
Sin embargo, en esta cumbre, el clima eclipsó todos los demás grandes temas.
La conferencia de Copenhague pretende frenar el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero que podrían provocar un calentamiento del planeta de hasta 6,4 grados centígrados a finales del siglo, según la peor de las hipótesis contemplada en 2007 por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre la Evolución del Clima (GIEC).