El presidente palestino rechazó una oferta condicionada de Israel para permitir que los palestinos en campamentos en Siria se reubiquen en Cisjordania y Gaza, bajo el argumento de que la propuesta cerraría la puerta a la posibilidad de que los refugiados vuelvan a los hogares que perdieron en territorio israelí.
Esos refugiados en Siria son descendientes de cientos de miles de palestinos que huyeron de sus hogares durante la guerra que siguió a la creación de Israel en 1948. Los desplazados y sus descendientes, que suman ahora millones de personas, se amparan en una serie de resoluciones de Naciones Unidas para reclamar su derecho a volver a las propiedades que perdieron.
Abás dijo que, el mes pasado, pidió al secretario general de ONU, Ban Ki-moon, la búsqueda de un permiso de Israel para trasladar a los palestinos que se han visto atrapados en la guerra civil en Siria. La petición de llevar a esa gente a territorios palestinos se realizó después de los combates entre fuerzas sirias y rebeldes en Yarmuk, el mayor campamento de refugiados palestinos en Siria.
Aproximadamente la mitad de los 150.000 residentes del campamento ha huido, de acuerdo con una agencia asistencial de ONU.
Abás dijo el miércoles por la noche a un grupo de periodistas egipcios en El Cairo que Ban respondió a su petición de establecer contacto con Israel.
De acuerdo con Abás, Israel contestó a Ban que «estaba de acuerdo con el regreso de esos refugiados a Gaza y Cisjordania, pero con la condición de que cada uno de ellos… firme una declaración en la que renuncie al derecho de volver» a territorio israelí.
«Por lo tanto, rechazamos eso y consideramos preferible que ellos mueran en Siria a que renuncien a su derecho de regresar», dio Abás.
Funcionarios del gobierno israelí se negaron el jueves a emitir comentarios acerca del tema.
En otro campamento de refugiados, pero en territorio palestino, más de 30 sujetos armados desfilaron el jueves por las calles. Los milicianos, vinculados con el movimiento Fatá de Abás, protestaron en Batala contra los intentos de las fuerzas palestinas de seguridad de desarmarlos. Exigieron además empleos en el gobierno.
Abás ha logrado en buena medida evitar que grupos armados tomen las calles. Sin embargo, el acto del jueves representaría otra señal del descontento hacia el presidente.
De hecho, el presidente israelí advirtió en la jornada que si su país no emprende más acciones en busca de un acuerdo de paz, la tensión en los territorios palestinos podría crecer hasta el punto de un nuevo levantamiento.
Peres intensificó así sus críticas al primer ministro Benjamin Netanyahu, de cara a las elecciones del 22 de enero.
La presidencia en Israel es un puesto de carácter más bien ceremonial. Los presidentes suelen abstenerse de hacer declaraciones políticas. Sin embargo, ésta fue la segunda vez en menos de dos semanas que las críticas de Peres a la estrategia seguida por Netanyahu encuentran una plataforma internacional.
«Si no hay una decisión diplomática, los palestinos volverán al terrorismo, a los cuchillos, las minas y los atentados suicidas», dijo Peres, citado por la edición del miércoles de la revista del New York Times.
«Incluso si los habitantes locales no quieren reanudar la violencia, enfrentarán presiones del mundo árabe», dijo el presidente, quien advirtió que lo más probable es que buena parte del mundo apoye a los palestinos, no a Israel.
Abás ha dicho que, mientras él siga al frente del gobierno en Cisjordania, no permitirá que se repita el levantamiento armado que estalló en 2000 contra Israel y que desencadenó una severa represalia.
Sin embargo, las conversaciones han permanecido congeladas por cuatro años. Netanyahu y Abbas han sido incapaces de alcanzar un acuerdo sobre los términos para reanudar los encuentros, y el gobierno en Cisjordania enfrenta una crisis financiera.
Algunos temen que los problemas generales abonen el terreno para una nueva revuelta palestina.