Afectado por las luchas internas, debilitado por su derrota electoral frente al Hamas y privado de un verdadero líder después de la muerte de Yasser Arafat, el Fatah designó a Mahmud Abas comandante en jefe para darse los medios de salir adelante.
El domingo pasado, el Consejo Revolucionario del Fatah (CRF), integrado por los 132 principales dirigentes del movimiento palestino, designó a Abas «presidente del comité central» y «comandante en jefe» del Fatah en una reunión realizada en Ramalah (Cisjordania).
Desde noviembre de 2004, con la muerte de Yasser Arafat, fundador y jefe histórico del Fatah, el principal movimiento laico palestino sufría de la ausencia de un verdadero líder, a pesar de las tentativas para asumir ese papel de Faruk Kaddumi, uno de sus dirigentes que vive exiliado en Túnez.
Si bien Abas sucedió a Arafat a la cabeza de la Autoridad Palestina y de la OLP, la central palestina, oficialmente sólo era un simple «miembro» de la más alta instancia de dirección del Fatah, el comité central, aunque presidía sus reuniones en los territorios palestinos.
Kaddumi, el secretario del Fatah, que tiene malas relaciones desde hace tiempo con Abas, se presentaba como el jefe supremo del movimiento a pesar de que desde 1967 no ha visitado los territorios palestinos y se opone a los acuerdos de Oslo de 1993 que dieron nacimiento a la Autoridad Palestina.
Una reunión del comité central del Fatah que debía celebrarse a mediados de octubre en Ammán fue anulada debido a una disputa entre Abas y Kaddumi, pues ambos reivindicaban el derecho de presidirla.
Al ser interrogado desde Ramala, Kaddumi, que efectúa una visita a Irán, rechazó comentar la designación de Abas a la cabeza del Fatah.
Un influyente miembro del CRF y uno de los «hombres fuertes» del Fatah en Cisjordania, Jibril Rayub, afirmó que la designación de Abas en el cargo de comandante en jefe del movimiento apuntaba a «enterrar la querella sobre la cuestión de saber quién dirige al Fatah».
Otro miembro del CRF, el ex ministro de Relaciones Exteriores Nabil Chaath, explicó que «la elección del presidente Abas como comandante en jefe del Fatah es una distinción para él. Ahora presidirá todas las reuniones del comité central.»
Según Chaath, la designación de Abas no significa un alejamiento de Kaddumi, quien «sigue siendo secretario del Fatah. Había presidido algunas reuniones del comité central (después de la muerte de Arafat) simplemente porque los estatutos del movimiento establecían que el secretario lo hiciera en ausencia del comandante en jefe», destacó.
Las divisiones entre la joven y la vieja guardia del Fatah se hicieron evidentes después de la desaparición de Yasser Arafat.
Indisciplina, corrupción y ausencia de reformas terminaron marcando la decadencia de este movimiento, que fue ampliamente derrotado por el Hamas en las legislativas de enero de 2006 después de haber reinado sin rivales sobre la Autoridad Palestina desde su creación en 1994.
«El Fatah necesitaba un dirigente único capaz de reorganizar y unir las filas del movimiento», explicó el ex diputado Kaddura Farés, uno de los representantes más notables de la joven guardia del Fatah.
«Ahora Abas puede efectuar amplias reformas dentro del Fatah y tomar las decisiones que se imponen después de haber recibido el mandato del CRF», dijo. «El Fatah no podía seguir soportando esta imposible coexistencia de Abas y Kaddumi en su dirección», explicó.