El presidente palestino Mahmud Abas podría dimitir en caso de que fracasen los esfuerzos norteamericanos para reactivar el proceso de paz con Israel, lo que acarrearía el hundimiento de la Autoridad Palestina, advirtieron el martes colaboradores suyos.
«El presidente Abas no está divirtiéndose, no tiene la intención de aferrarse a la presidencia simplemente por el título. Quiere ser presidente de un Estado palestino», declaró a la AFP el negociador Saeb Erakat.
«Si el presidente Abas tiene la impresión de que su proyecto de creación de un Estado palestino está en peligro, y que Israel quiere destruir la idea de un Estado palestino, creo que no se quedará en su cargo en la presidencia», agregó Erakat.
«Sin Estado palestino no habrá Autoridad palestina», dijo.
La amenaza de dimisión de Abas fue confirmada por otro alto dirigente palestino que pidió el anonimato.
Si el presidente Abas dimite, «la Autoridad palestina se hundirá, no habrá autoridad palestina ni ninguna de las instituciones de un Estado palestino», agregó.
El jueves, Abas anunció que no se presentaría a un segundo mandato en las elecciones generales palestinas, previstas el 24 de enero, a raíz del bloqueo del proceso de paz, suspendido desde la ofensiva israelí en la franja de Gaza, en diciembre y enero pasados.
Para reanudar las negociaciones, los palestinos reclaman un cese total de la colonización israelí en Cisjordania ocupada. Israel, por su parte, propone una limitación parcial de la colonización y pide una reanudación de las discusiones sin condiciones previas.
La amenaza de dimisión de Abas apunta a impulsar a Estados Unidos a fin de que éste presione a su vez a su aliado Israel, para que acepte el cese de la colonización de los territorios palestinos.
El presidente norteamericano Barack Obama recibió el lunes al primer ministro israelí Benjamin Netanyahu en reunión que tuvo lugar a puertas cerradas, con el telón de fondo de fricciones inhabituales entre los dos países aliados.
La Autoridad palestina fue creada después de los acuerdos de Oslo, firmados en 1993, en función de los cuales se otorgó una autonomía limitada a los palestinos en Cisjordania y en la franja de Gaza. Dichos acuerdos debían desembocar a plazo en la creación de un Estado palestino en esos mismos territorios.
Cinco años después de la muerte de Yasser Arafat, los palestinos siguen sintiéndose huérfanos de su dirigente histórico, tanto más cuanto las divisiones los han debilitado y que la perspectiva de una solución pacífica parace hoy más lejana que nunca.