¡A votar!


Este próximo domingo, como cada cuatro años, tendremos esa fiesta cí­vica en la que los guatemaltecos estaremos eligiendo nuevas autoridades y despidiendo nuevamente a un gobierno, por demás intrascendente. Después de esta semana ya las aguas estarán buscando su cauce y empezarán a calmarse, y conforme pasen las horas empezaremos a recuperarnos de los nefastos efectos de las llamadas campañas negras. Destruir es fácil, y el tema de estas infortunadas campañas debe tener en el futuro cercano un lugar muy especial en la agenda del Congreso. La difamación deberí­a de ser castigada con penas más severas, no solamente ataca la dignidad humana, sino que entorpece el mismo proceso electoral.

Guillermo Wilhelm

Desdichadamente esta próxima elección, al igual que las anteriores, marcará de nuevo el fracaso de un gobierno que saldrá este 14 de enero por la puerta trasera. Lástima por el esfuerzo de su candidato, en toda su vida jamás habrá de recibir tan mala herencia. No cabe duda que los guatemaltecos ya empezamos a cansarnos de ser ese «sacacorchos» que expulsa del gobierno a un equipo mal calificado. Ojalá y en cuatro años estuviéramos votando por el mismo partido gobernante. Es lo único que confirma el buen trabajo, y en Guatemala pareciera que la reelección es un privilegio guardado únicamente para algunos alcaldes.

El desafí­o de este domingo 9 de septiembre, no es únicamente para ese pueblo paciente y aguantador que al final, esperanzado, siempre llega a las urnas a depositar sus ilusiones y expectativas. El desafí­o es también para el propio Tribunal Supremo Electoral, necesitamos, como en procesos anteriores, que su labor sea de lo más transparente y eficiente. El temor existente en algunos sectores ciudadanos, se ha fundamentado por el aumento del número de mesas y por su ubicación en localidades muy remotas, y lo que menos deseamos y necesitamos hoy los guatemaltecos, es una elección que siembre la duda de que el voto ha sido irrespetado. A causa de esta variante, me quedé con los deseos de escuchar por parte de esta institución, una campaña de comunicación que le informe a la población menos educada, la forma de votar y para qué sirve cada papeleta.

Sin embargo, no hay que olvidar que lo trascendental para los guatemaltecos es entender lo caro que nos puede salir quedarnos al margen del acontecer nacional y dejar que otros sean los que decidan por nosotros. Es importante acercarnos a las urnas y hacer valer con nuestro voto la intención de cambiar nuestro futuro. Pero hacer ciudadaní­a no es únicamente limitarnos a depositar nuestra preferencia en las urnas cada cuatro años, es también participar activamente a lo largo del proceso y sobre todo, empeñarnos, autoridades y ciudadanos, en respetar y hacer que se cumplan nuestras leyes. Solamente cumpliendo con la ley y nuestra Constitución Polí­tica es que lograremos fortalecer el Estado de Derecho, factor fundamental del sistema democrático.