Centenares de fieles, entre ellos la monja francesa curada de la enfermedad de Parkinson, asistieron este lunes al cierre oficial de la primera fase del proceso de beatificación de Juan Pablo II, a quien desean venerar ya en los altares como un santo.
Los jueces del tribunal de la Diócesis de Roma declararon concluida la investigación sobre la vida de Juan Pablo II en la ceremonia celebrada en la basílica de San Juan de Letrán, y lo hicieron en latín, que es la lengua oficial de la Iglesia católica.
En ese mismo momento, miles de páginas de documentos fueron encerrados en un voluminoso cofre que será trasladado el próximo martes a la Congregación de las Causas de los Santos, donde una comisión de expertos examinará los contenidos.
«La beatificación de Juan Pablo II en 21 meses ha sido una empresa gloriosa» recordó Camillo Ruini, el ex presidente de la Conferencia Episcopal de Italia (CEI), quien celebró la misa.
Como el día de los funerales, dentro y fuera de la iglesia romana cientos de jóvenes pedían nuevamente «santo subito (santo ya, ndr)» y aplaudían emocionados el discurso de Ruini en el que recordó la vida ejemplar del pontífice, marcada por el atentado sufrido y la grave enfermedad que padeció durante más de 10 años.
El purpurado habló también de las posiciones del difunto pontífice en materia de moral católica.
Juan Pablo II efectuó una «gran lucha a favor de la vida humana y la familia, contra el aborto» y «contra el totalitarismo comunista», asuntos que a veces «no fueron comprendidos», dijo el purpurado.
«El Papa Wojtyla sabía dialogar con los jóvenes. Era muy simpático y tenía un carisma que ningún otro Papa va a tener», cuenta Carminia, una joven española de 16 años, quien viajó a Italia con su familia el pasado viernes para asistir a la celebración.
«Vivimos en una época en que los católicos nos sentimos perseguidos. í‰l nos dijo ’no tengaís miedo’ y nos transmitió el valor de la vida, la educación, el amor hacia las demás personas», contó Encarnación Vidal, de 41 años, maestra del Instituto ’Sos Baynat’ de Castillón (España).
Marie Simon Pierre, la monja que se recuperó de forma inexplicable de la enfermedad de Parkinson y es pieza clave del proceso de beatificación del papa polaco, fue afectada por la enfermedad de Parkinson padecida por Karol Wotjtyla en sus últimos años de vida.
La religiosa, que pertenece a la congregación de las Hermanitas de las maternidades católicas y trabaja en París, superó, dos meses después de la muerte del Papa en abril del 2005, todos los síntomas de la enfermedad que sufría desde hacía cuatro años.
El proceso de beatificación debía comenzar cinco años después de la muerte, pero el Papa Benedicto XVI prescindió de las reglas canónicas para acelerar el camino de su predecesor a la gloria de los altares.
A continuación, a las 17H30 locales (15H00 GMT), Benedicto XVI celebrará en la plaza de San Pedro una misa en honor del segundo aniversario de la muerte de Juan Pablo II, fallecido el 2 de abril del 2005 a los 84 años.
Mientras que a las 21H37 horas (19H37), hora exacta de la muerte del pontífice polaco en abril de 2005, unos cien jóvenes rezarán ante la tumba de Juan Pablo II.