¿A quién le importan?


Guatemala 20 de agosto de 2009. Al dí­a de hoy, los medios de comunicación escritos del paí­s dan cuenta de la muerte violenta de 38 personas menores de edad en este mes. Una cifra que no sorprende si tomamos en cuenta que de enero a julio son poco más de 300 niñas, niños y adolescentes reportados por periódicos, obviamente no todas las muertes de infantes son noticia, es más, muchas de estas notas corresponden en buena parte a la capital o a áreas urbanas. Por otro lado, los medios mencionan muchas veces en sus páginas a personas menores de edad heridas en ataques y accidentes, pero pocas veces dan seguimiento a estos casos, por lo que esta estadí­stica no oficial no es del todo certera.

Claudia Navas Dangel
cnavasdangel@yahoo.es

Quizá este dato no cause sorpresa, estamos ya acostumbrados a escuchar balazos, ver carrozas fúnebres, leer noticias de sucesos, no pasa nada, el paí­s avanza, al menos eso dicen las vallas en carreteras, los anuncios en la televisión y en la radio, el Presidente en su programa de los miércoles y algunas y algunos guatemaltecos que con «mucha suerte» logran comunicación en este espacio y aplauden el rumbo «correcto» que este gobierno impulsa.

Y es que, claro, en tiempos de solidaridad estas son nimiedades, producto del pésimo trabajo de los gobiernos anteriores, y claro, no votan. Y aunque los gobiernos pasados tienen gran parte de culpa, por no ocuparse nunca de todos los problemas que afectan a la niñez, el aumento desmesurado de muertes es un claro indicador de la falta de atención que esta administración dedica al tema.

Para subrayar esto basta ver la negligencia con la que han actuado en temas como el dengue hemorrágico y la desnutrición.  Pero no sólo el gobierno peca de omisión y dejadez, las y los ciudadanos señalamos de «delincuentes» a cualquier adolescente muerto por una herida de bala, basándonos en estereotipos como tatuajes, «áreas marginales», descomposición social, alienación y resentimiento.

Y con eso obviamos la saña con la que los cuerpos de muchas de estas ví­ctimas aparecen, olvidamos que son según la ley, niños y niñas sujetos y sujetas de derecho, guatemaltecos y guatemaltecas, personas con sueños, ilusiones y familia.

Los números no nos dicen nada, manifestamos como ya lo expresé anteriormente guiados por la manipulación de grupos con intereses marcados y damos vuelta a la hoja en donde, tras un nylon negro, yace captado por una foto el cuerpo de un niño o de una niña.

¿Por qué las organizaciones sociales no levantan la voz por estas personas?, ¿Por qué el Gobierno no lanza una campaña publicitaria (ya que le gusta tanto invertir en eso) para hacer conciencia en la población sobre este tema? ¿Por qué el Ministro de Gobernación no toma medidas, bueno, mientras dure en el cargo? ¿Por qué las empresas privadas no asumen su responsabilidad social y hacen algo? ¿Por qué?