A propósito de la mujer en la campaña electoral


La minuciosa columnista Carolina Escobar Sarti enfocó diversos aspectos referentes al proceso electoral en su espacio de Prensa Libre el pasado jueves, y entre esos elementos abordó lo relacionado con la ausencia, en el escenario cí­vico, de las esposas de los candidatos presidenciales durante las campañas de proselitismo.

Eduardo Villatoro

Escribió Carolina que las cónyuges de los presidenciables «fueron ninguneadas por una sociedad a la que no le interesa realmente verlas participar en polí­tica» y subrayó el caso de la señora Sandra Torres de Colom, «quien quedó marginada en esta sociedad de castas que ve con malos ojos a una ’una provinciana’ con opinión».

Sin embargo, el asunto no se constriñe a esta limitación, en lo que se refiere a la esposa del candidato presidencial de la UNE, porque si alguien ha sido constante ví­ctima de las campañas negras ha sido la licenciada Torres de Colom, objeto de vituperios, infamias y calumnias, especialmente por medio de correos electrónicos, con textos injuriosos y sucias imágenes.

Al respecto, algunos(as) columnistas, cuyos nombres no menciono porque son varios, han solicitado, demandado, reclamado, exigido que se abra espacio a las mujeres en los partidos polí­ticos y en las instituciones del Estado; pero cuando se trata de la señora De Colom han intentado ridiculizarla, conjuntamente con el presidenciable de la UNE, al pretender asegurar que ella es la que gobierna en su casa, que ordena lo que debe hacer o dejar de hacer su marido, de tomar decisiones importantes en el partido y otras conductas similares, como si fueran faltas a la moral. .

Lo más extraño es que el propio ílvaro Colom y los dirigentes de la UNE no han salido en defensa de doña Sandra, además de que en vez de aprovechar su capacidad de organización y su fuerte personalidad, la han ocultado a la vista de los ciudadanos, como si en lugar de ser una fortaleza partidaria, su presencia fuese una debilidad.

Si de esa manera hubiera actuado el presidente argentino Ernesto Kirchner con su esposa, es decir, estorbando la trayectoria polí­tica personal de la senadora Cristina Fernández, actualmente la señora De Kirchner no serí­a candidata a la Presidencia de aquella hermosa nación sudamericana, con amplias posibilidades de salir victoriosa…

Todo lo contrario, la senadora Fernández se ha desenvuelto con la habilidad y la inteligencia que le han permitido escalar posiciones polí­ticas, sin que su marido haya intentado persuadirla a abandonar sus legí­timas aspiraciones, al extremo de que el mismo presidente Kirchner, con muchas probabilidades de ser reelegido en el cargo, prefirió abstenerse de participar, para impulsar la candidatura de su esposa.

Pero en Guatemala no hemos logrado superar discriminaciones de diversa í­ndole, y aunque la señora Rigoberta Menchú logró inscribirse como candidata presidencial, pesó más su calidad de Premio Nobel de la Paz y la influencia internacional, que sus inherentes méritos, y aun así­ es rechazada hipócrita y solapadamente por miembros de una sociedad machista y racista, que si se ha tornado más condescendiente con la diputada Nineth Montenegro, por ejemplo, es porque ella tornó su voluntad contestataria por una posición ideológica menos confrontativa y quizá un tanto complaciente con el establishment..

La oprobiosa actitud de impedir la plena participación de la mujer en cualquier área de la vida pública, especialmente cuando se aleja de normas ortodoxas de la conservadora sociedad guatemalteca, es la que ha entorpecido desde el propio seno de su organización polí­tica que la señora Torres de Colom se convierta en la principal aliada de su marido en las concentraciones y reuniones de proselitismo electoral, tomando en consideraciones las limitaciones del ingeniero Colom en transmitir un discurso enardecedor, que también ha sido objeto de escarnio, pero que suple con su serenidad y ecuanimidad.

Presumo que la decisión de embozar a la esposa del candidato presidencial de la UNE, obedece a prejuicios machistas, para evitar que se propale el rumor echado a rodar en campañas negras, que ella es la que «lleva los pantalones en su casa», cuando lo que debe importar es que la señora De Colom constituye una pieza importante y fiel a los propósitos presidenciales de su marido.

(Romualdo se enteró de que a causa de la ignorancia que priva en el sector rural e indí­gena, cuando el candidato presidencial de URNG/MAíZ, Miguel íngel Sandoval, visitó San Andrés Sajcabajá, la banda local, al iniciarse el mitin, en vez de tocar el Himno Nacional se aventó la Granadera, porque sus músicos no saben las notas de la canción nacional).