Los sondeos muestran que Newt Gingrich probablemente será aplastado por Mitt Romney en las importantes elecciones primarias de mañana en Florida, incluso a pesar de que el expresidente de la Cámara de Representantes venció a Romney la semana pasada en Carolina del Sur.
El dinero para ataques publicitarios por televisión al parecer son la clave en el resurgimiento del otrora gobernador de Massachusetts.
Las cifras a las que tuvo acceso The Associated Press muestran que Romney había invertido 2,8 millones de dólares en tiempo aire para comerciales televisivos durante la semana final de la campaña en Florida. Además, un grupo de gente que lo apoya, Restore Our Future (Restaurar Nuestro Futuro), invirtió 4 millones de dólares más para alcanzar un total combinado de 6,8 millones de dólares.
En contraste, Gingrich había gastado unos 700.000 dólares, y el grupo a su favor Winning Our Future (Ganando Nuestro Futuro), sumó 1,5 millones adicionales. El total apenas representó un tercio de la cantidad que había invertido el tándem a favor de Romney.
Las cifras de inversión en general muestran que Romney y los grupos que lo apoyan han superado el gasto hecho por Gingrich en la campaña de Florida al menos de uno a cinco.
Eso probablemente está reflejado en el más reciente sondeo de NBC/Marist el cual muestra a Romney con el apoyo del 42% de los probables votantes en las elecciones primarias republicanas en Florida, mientras que Gingrich cayó al 27%.
Una de las principales razones por la cual está fluyendo tanto dinero en las carrera presidencial de 2012 es una regla 5-4 de la Corte Suprema. En su decisión hace dos años, la corte, que está dividida entre cinco jueces conservadores y cuatro liberales, falló que los derechos de libertad de expresión garantizados por la primera enmienda constitucional prohíbe que el gobierno limite el gasto corporativo o sindical para propósitos políticos.
La campaña de Gingrich tiene mucho menos fuerza organizacional y de potencial recaudación de fondos que la de Romney. El ex gobernador de Massachusets fue capaz de reactivar la bien aceitada maquinaria de su fallida campaña de 2008 para la nominación republicana, la cual abandonó cuando era evidente que el senador John McCain ganaría el nombramiento del partido.