A la espera de resultados sobre la salud de sus bancos


Tras haber atravesado la peor crisis financiera de su historia a raí­z de las deudas públicas, la Eurozona vive un periodo de tranquilidad en los mercados, aunque debe esperar el resultado de las pruebas de resistencia de sus bancos el 23 de julio para confirmar que goza de buena salud.


Con la atención centrada ahora en forma temporaria en las dificultades de la economí­a norteamericana, el euro ha comenzado a remontar en los últimos dí­as gracias a esa situación y otras señales alentadoras vinculadas con emisiones de obligaciones de Estado de España, Grecia y Portugal, tres paí­ses en el ojo de la tormenta.

España logró colocar el jueves bonos del Tesoro por 3.000 millones de euros a 15 años y Portugal hizo lo propio el miércoles por un monto de 1.680 millones de euros a dos y nueve años.

En cuanto a Grecia, el martes colocó 1.625 millones de euros de bonos del Tesoro a seis meses, una operación que marcó su regreso a los mercados tras la aprobación del plan de ayuda de la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI).

«Lo que algunos consideraban como imposible es posible», subrayó en una entrevista al diario Wall Street Journal el representante de Luxemburgo en el consejo de gobernadores del Banco Central Europeo (BCE), Yves Mersch.

Para calmar a los mercados ante el aumento de la deuda pública griega y el desfasaje de su déficit que amenazaba con arrastrar al precipicio a la moneda única, los europeos activaron un plan de ayuda para el paí­s helénico.

Además, crearon un Fondo de Apoyo para los paí­ses de la Eurozona por un monto de 440.000 millones de euros que, completado con recursos del FMI, alcanza los 750.000 millones de euros.

Los inversores «toman en cuenta esas decisiones en forma progresiva», estimó de su lado el presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, al diario francés Libération.

Con el regreso exitoso de Grecia y España a los mercados, «todo indica que la situación se normaliza», afirmó a su turno el director del Fondo Europeo de Apoyo, Klaus Regling, en una entrevista al también francés Les Echos.

La activación de ese fondo, que debe estar operativo a fines de julio, trae tranquilidad. El gobierno de Eslovaquia, único paí­s de la Eurozona que se resistí­a a participar, lo aprobó finalmente el jueves.

Sin embargo, la zona euro no está completamente a salvo.

Las tasas de interés que han otorgado Grecia, Portugal y España son muy elevadas, lo que muestra que los mercados desconfí­an aún de esos paí­ses.

Por otra parte, los inversores esperan la difusión el viernes 23 de julio de los resultados de las pruebas de solidez de los principales bancos de la UE, que se harán públicos por primera vez.

Llevados a cabo en 91 establecimientos, estas pruebas mostrarán la capacidad de resistencia de los bancos a condiciones extremas.

Ciertos bancos podrí­an tener que ser recapitalizados, ante el riesgo de que los mercados vuelvan a desplomarse.

Por último, y de manera fundamental, la salud económica de Europa, que acaba de salir de la peor recesión desde 1945, sigue siendo frágil.

La zona euro crece a un ritmo mucho más lento que el resto del mundo, incluyendo Estados Unidos, y en el primer trimestre de 2010 su PIB (Producto Interior Bruto) sólo progresó un 0,2%.

Los economistas temen que las medidas de rigor presupuestario adoptadas por los gobiernos de varios paí­ses europeos terminen afectando la reactivación.