A dos siglos del primer grito independentista


Mujeres a caballo toman parte en las celebraciones del bicentenario de la independencia de Bolivia en El Villar.

AFP PHOTO/Gonzalo Jallasi/ABI» title=»Mujeres a caballo toman parte en las celebraciones del bicentenario de la independencia de Bolivia en El Villar.

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<p>Bolivia celebra este lunes el bicentenario del primer grito libertario de América Latina contra la Corona española, con actos impulsados por el gobierno y la oposición, festejo que marca el inicio de la conmemoración en la región y que culminará en 2010.</p>
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El presidente boliviano Evo Morales y el vicepresidente Alvaro Garcí­a Linera tomaron parte en las ceremonias.

AFP PHOTO/Gonzalo Jallasi/ABI» title=»El presidente boliviano Evo Morales y el vicepresidente Alvaro Garcí­a Linera tomaron parte en las ceremonias.

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<p>La comarca rural de El Villar, sudeste de Bolivia, fue el centro de los actos oficiales donde miles de indí­genas se congregaron junto a autoridades nacionales, militares y cuerpo diplomático, mientras los opositores convirtieron a Sucre, a 200 km de este poblado, en lugar de sus celebraciones.</p>
<p>El Villar, de unos 4.500 habitantes, fue el lugar donde Juana Azurduy de Padilla, heroí­na de la lucha por la independencia, estableció un cuartel de la la guerrilla contra el reinado español, que se extendió hacia las regiones de Oruro y Potosí­, en los Andes, y hasta Salta y Jujuy en Argentina.</p>
<p>El presidente, Evo Morales, un indio de la etnia aymara, destacó en su discurso de El Villar el papel de los indí­genas en las luchas independentistas y dijo que fueron ellos los precursores de los primeros levantamientos contra el reino ibérico, a fines del Siglo XVI.</p>
<p>Transpolando a la actualidad la lucha de sus ancestros, Morales dijo que ahora está vigente la visión de «nunca más al capitalismo, nunca más al neoliberalismo, nunca más al imperialismo» y que el «capitalismo es el nuevo enemigo de los pueblos».</p>
<p>Las celebraciones del bicentenario en este poblado tuvieron un ambiente de fiesta y estuvieron marcadas por una nutrida presencia de indí­genas, quienes llegaron al lugar enarbolando banderas tricolores bolivianas, las ajedrezadas multicolores indí­genas «whipalas» e incluso azules, con matices blancos y negros, del gobernante Movimiento Al Socialismo (MAS).</p>
<p>Los discursos de las autoridades fueron matizados con música y baile autóctonos interpretados con tambores y quenas y zampoñas (instrumentos de viento) por indí­genas quechuas.</p>
<p>Hasta el lugar llegaron también a galope decenas de campesinos a caballo, representando al ejército guerrillero libertario que, tras una campaña de 16 años, coronó sus luchas con la independencia de Bolivia, en 1825.</p>
<p>A pesar del fuerte sol, los campesinos del lugar, que se caracterizan por el colorido de sus tejidos, uniformaron a las autoridades y miembros del cuerpo diplomático con ponchos de lana de oveja, mientras grupos musicales autóctonos le concedí­an al acto un ambiente de fiesta.</p>
<p>Mientras El Villar era en centro de la celebración oficial, la oposición festejó en Sucre, donde un grupo de intelectuales se rebeló el 25 de mayo de 1809 y echó al presidente de la Audiencia de Charcas por siete meses, hasta que la plaza fue retomada en diciembre de ese año.</p>
<p>Los festejos en Sucre fueron encabezados por la prefecta (gobernadora) de Chuquisaca (cuya capital es Sucre), Savina Cuéllar, opositora a Morales, y sus colegas Rubén Costas (Santa Cruz) y Ernesto Suárez (Beni), también opositores del gobierno.</p>
<p>La conmemoración en Bolivia arranca una serie de celebraciones que se extenderán, especialmente en 2010, por toda América Latina, mientras España -según el jefe de Gobierno, José Luis Rodrí­guez Zapatero- «quiere acompañar a los pueblos iberoamericanos en esta conmemoración».</p>
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SUCRE Entre criollos y mestizos


El 25 de mayo de 1809 criollos y mestizos protagonizaron en Charcas o La Plata, hoy Sucre (capital de Bolivia), una revuelta contra las abusos de los españoles que se convertirí­a en el primer grito libertario de América contra el dominio peninsular.

Sucre habí­a sido fundada cuatro siglos antes bajo el nombre de Ciudad de La Plata de la Nueva Toledo por Pedro de Anzures, Marqués de Campo Redondo, siguiendo órdenes del conquistador español Francisco Pizarro, en una tierra habitada por los indios charcas.

A raí­z de los abusos de los españoles se produjo la sublevación que triunfó la madrugada del 26 de mayo (deponiendo al presidente de la Real Audiencia de Charcas, Ramón Garcí­a Pizarro) y perduró siete meses, hasta el 25 de diciembre, fecha en que Vicente Nieto descabezó al gobierno revolucionario.

En tanto, se habí­a sublevado La Paz, actual sede del gobierno de Bolivia, el 16 de julio de 1809, movimiento revolucionario que también fue aniquilado en diciembre de ese año.

El grito libertario lanzado en La Plata fue el preludio de la declaración de la independencia argentina (9 de julio de 1816) y el inicio de la guerra civil independentista en América.

Incluso antes, en 1789, los indí­genas se habí­an rebelado a los españoles con el caudillo Túpac Katari al frente de la revuelta, pero este lí­der fue descuartizado al ser atado a cuatro caballos.

Y previamente hubo otra rebelión, encabezada por Tomás Katari.

«Después de 200 años de las primeras gestas libertarias, casi estarí­a segurí­simo que el primer grito libertario ha sido acá (en Ravelo, a unos kilómetros de Sucre) en el año 1770, a la cabeza de Tomás Katari (cuya captura provocó un levantamiento de los aymaras, que sitiaron la ciudad de La Plata en 1780), evocó el presidente boliviano Evo Morales, de origen aymara, durante un acto llevado a cabo el domingo.

Tomás Katari tuvo que viajar a pie unos 2.500 km hasta Buenos Aires para exigir ante las autoridades del virreinato el respeto de sus derechos y el cese de los abusos de los españoles a los indí­genas.

«Después (de Tomás) viene Túpac Katari; después viene (la heroí­na guerrillera) Juana Azurduy; después viene (el libertador) Simón Bolí­var para garantizar esa liberación de nuestros pueblos», agregó Morales.