A DOS AÑOS DE GOBIERNO, varios cambios en el Ejecutivo


El presidente ílvaro Colom juramenta a Bienvenido Argueta como el nuevo ministro de Educación, en el último cambio realizado en la cabeza de una cartera del Ejecutivo. FOTO LA HORA: ARCHIVO

Andrea Orozco
aorozco@lahora.com.gt

La primera baja que se dio, a los dos meses de gestión, se debió a quebrantos de salud del entonces ministro de Economí­a, José Carlos Garcí­a, mientras que, a los seis meses de Gobierno, se dieron otros dos movimientos en distintas carteras. Según ílvaro Colom, éstos se hicieron para «recomponer el equipo general de Gobierno».

Hasta el momento, más de diez cambios se han realizado en las entidades de gobierno, por lo que, a decir del analista polí­tico ílvaro Pop, esto evidencia la falta de polí­ticas ministeriales claras, además de la falta de interés y el manejo de las plazas.

«El gobierno de ílvaro Colom no fue la excepción de los candidatos presidenciales que junto a sus partidos ganan las elecciones pero no tienen cuadros técnicos para asumir los puestos polí­ticos más significativos», asegura el experto.

Por otro lado, para Sandino Asturias, analista independiente, la inestabilidad de los funcionarios es una caracterí­stica de este mandato, lo que indica la falta de cuadros suficientes para poder enfrentar el reto de gobernar un paí­s y la poca coherencia de un programa especí­fico de gobierno.

Asturias también opina que este fenómeno se da cuando hay funcionarios más interesados en los negocios públicos y en cobrar la inversión que hicieron durante una campaña electoral que en hacer su trabajo. Aquí­ también se señala que hay una debilidad de los partidos para obtener financiamiento privado, los que generalmente se pagan poniendo a alguien en un puesto público.

Además, la falta de una «carrera civil» se convierte en un problema para el experto, pues «cada cuatro años despedimos a todos los funcionarios públicos y ponemos a nuestros amigos, financistas o los que estuvieron cerca del partido», dice.

Otro factor que influye en estos cambios, según indica Sigfrido Lee, analista del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (Cien), es el desgaste de los funcionarios y la presión que en algunas ocasiones le obligan a renunciar.

LOS MíS AFECTADOS

Los ministerios de Salud, Educación, Agricultura y Gobernación son los que, según Pop, presentan un mayor movimiento. «Lo grave es -dice-, que son los temas más importantes que hay que atender y son las carteras que más han tenido ofrecimientos y manejos clientelares para con los simpatizantes y financistas».

Según el analista, otro factor determinante para el cambio en las administraciones de las carteras es que los partidos que ocupan el poder dependen de negociaciones clientelares con sus financistas o instancias que los respaldan.

Además, se debe tomar en cuenta las crisis imprevistas y accidentales a causa de fenómenos climáticos o problemas polí­ticos.

GOBERNACIí“N

Durante dos años de la administración de Colom, en cuatro oportunidades se ha sustituido a los responsables de esta cartera.

La primera persona nombrada para este cargo fue Vinicio Gómez, quien falleció en un accidente aéreo el 27 de junio de 2008. Correspondió el turno como titular a Francisco Jiménez, quien al ser nombrado inició los cambios en la cartera.

En enero de 2009, Jiménez fue nombrado por ílvaro Colom como secretario técnico del Consejo Nacional de Seguridad y dejó en su lugar a Salvador Gándara, quien durante el gobierno de ílvaro Arzú fungió como viceministro de Gobernación.

Luego, el 8 de julio del año pasado, Gándara renunció dejando su puesto para que fuera Raúl Velásquez quien finalizara el año al mando de la cartera del Interior. Velásquez fue viceministro de Apoyo Comunitario durante tres meses y dentro de la gestión del ahora alcalde de Villa Nueva.

Luego de su toma de posesión, el ministro dijo que el Presidente de la República no le prometió que terminarí­a la gestión con él, «a su criterio, si uno no hace un buen trabajo en la administración pública, se le debe retirar», fueron sus palabras.

Para el analista Pop, este es uno de los casos más dramáticos y los resultados concretos se evidencian claramente en el incremento de la inseguridad.

SALUD

El primer reemplazo en esta cartera se dio a los seis meses de iniciada la administración de Colom; el entonces ministro de Salud, Eusebio del Cid, fue reemplazado por Celso Cerezo.

Pero, Del Cid no dejó de ser parte del equipo de gobierno, pues fue nombrado como director del Programa de Reestructuración del Sistema Nacional de Salud.

Luego, en septiembre de 2009, Cerezo fue destituido por el mandatario debido a que «no fue capaz de hacer una defensa colegiada de los verdaderos resultados del Gobierno en materia de salud», dijo Colom, esto luego de que el ex ministro fuera interpelado en el Congreso de la República durante dos dí­as consecutivos.

El gobernante nombró en su lugar a Ludwig Ovalle, quien hasta entonces fungí­a como viceministro de esa cartera.

AGRICULTURA

El cooperativista Julio Recinos sustituyó en julio de 2008 a Raúl Robles, quien dejó su puesto como ministro de Agricultura, Ganaderí­a y Alimentación para convertirse en asesor presidencial en el seguimiento del Plan de Gobierno y la Agenda Legislativa.

El 16 de marzo del año pasado, Recinos se retiró de su cargo «por motivos personales», luego de no poder concretar una propuesta sobre la distribución de fertilizante. En su lugar fue nombrado el actual titular de esa cartera, Mario Aldana.

ECONOMíA

José Carlos Garcí­a inició sus labores como titular de la cartera de Economí­a desde la toma de posesión de ílvaro Colom; sin embargo, en marzo de 2008, dos meses después de iniciado el trabajo, este renunció a su puesto debido a quebrantos de salud, por lo que fue sustituido por Rómulo Caballeros.

El segundo funcionario en ocupar este puesto renunció el 16 de marzo de 2009 y su lugar fue ocupado por Rubén Morales, quien antes fue viceministro de Integración y Comercio Exterior, en esa misma cartera.

Se dijo que Caballeros abandonó el puesto al no poder cumplir con las expectativas que se tení­an sobre su gestión, pues no se presentaron planes para enfrentar la crisis económica.

DEFENSA

En diciembre de 2008, ílvaro Colom removió de su puesto al entonces ministro de la Defensa Nacional, Marco Tulio Garcí­a, junto a otros funcionarios de la cartera, esto con el fin de «renovar» la cúpula castrense.

Sin embargo, se dio a conocer extraoficialmente que la relación entre mandatario y ministro se habí­a deteriorado debido al incumplimiento de la orden presidencial de entregar archivos militares para que se hicieran públicos.

En lugar de Garcí­a se nombró como titular de la defensa a Abraham Valenzuela, quien hasta ahora funge en ese puesto.

EDUCACIí“N

Ana Ordóñez fue nombrada por el mandatario en enero de 2008 y renunció a su puesto en septiembre de 2009, ya que consideraba insuficiente el presupuesto de Q8.752 millones que se le asignarí­a a la cartera en 2010.

En su lugar fue colocado Bienvenido Argueta, quien era encargado del programa de Escuelas Abiertas impulsado por el Gobierno para prevenir que jóvenes en riesgo se integren a pandillas.

A decir de Pop, este ministerio ha sido el más inestable, incluso desde antes de la toma de posesión de Colom. «Allí­ las negociaciones clientelares demostraron que este era un puesto que se habí­a ofrecido y negociado mucho, además de reflejar las negociaciones, la presión y el papel que el grupo magisterial ha ejercido.

COMUNICACIONES

Luis Alejos tomó el mando al iniciarse el presente perí­odo presidencial, es primo de los hermanos Roberto y Gustavo Alejos, presidente del Congreso y secretario privado de la presidencia, respectivamente.

Renunció a mediados de junio de 2009 y en su lugar fue nombrado Guillermo Castillo, quien hasta ese momento era el viceministro financiero de esa cartera.

EVALUACIONES Reducir cambios


Pop indica que, para disminuir las posibilidades de las destituciones o renuncias, se deben hacer dos tipos de evaluaciones; la primera, de parte del mandatario respecto a los resultados polí­ticos y técnicos de cada uno de los funcionarios.

Por otro lado, es la sociedad civil quien debe crear un mecanismo constante, permanente y sólido para examinar a los titulares y con ello ayudar a establecer un rumbo adecuado para la ejecución de esos puestos.

De acuerdo con Sandino Asturias, para evitar estos movimientos se deberí­an prohibir los financiamientos privados a los partidos polí­ticos a fin que estos no dependan de alianzas económicas y puedan ofrecer ministros y funcionarios según su ideologí­a.

Los tres expertos coinciden en esperar que durante los últimos dos años de Gobierno se sigan realizando cambios en los distintos ministerios, «lo que hay que tratar es que fueran menos y que sean los mejores los que no se vayan», concluye el analista de CIEN.

ANíLISIS Consecuencia


La inestabilidad es uno de los principales problemas que se generan a consecuencia de la falta de continuidad de un ministro.

Según señala ílvaro Pop, América Latina sufre a causa de la no reelección de un Gobierno, ya que «en cuatro años es imposible hacer algo decente y útil», pero, además de este problema, se deben superar los cambios en las carteras, lo que genera dificultad para que los productos y procesos que se inician surtan efecto en beneficio de la población.

«Los cambios van a causar inestabilidad, inseguridad y desgaste en el manejo de los equipos de operaciones», dice el experto.

Asturias comparte esta opinión indicando que esta falta de estabilidad no ayuda a ejecutar planes y estrategias en el paí­s y se produce improvisación, pues los funcionarios no han tenido tiempo de desarrollar sus propios planes.

Además, según la percepción del analista, esto provoca corrupción, ya que el proceso se acelera al momento en que algunos funcionarios saben que estarán por poco tiempo en sus puestos, tampoco se permite generar espacios de control interno y auditorí­a social para controlar el actuar de los ministros.

Por otro lado, Sigfrido Lee indica que los cambios son normales y parte de los ajustes de un Gobierno, sin embargo, cuando estos son muy frecuentes o no responden a una visión de largo plazo, generan incertidumbre.

Además, con estos movimientos se reduce la capacidad de ejecución del Gobierno, pues se requiere de un perí­odo de aprendizaje cada vez que se realizan.