Cuando el proceso electoral está por concluir en su segunda fase con la realización de la segunda vuelta electoral, prevista para el 4 de noviembre, observadores y analistas políticos consultados sobre la evolución de la campaña, atípica como se ha venido reiterando, señalan que ninguna de las propuestas de los finalistas pone nervioso al sector de los grandes empresarios, ni a los demás poderes fácticos, y que lejos de discutir con altura los principales problemas del país, los aspirantes a la primera magistratura del país se han dedicado a la descalificación y a la proliferación de campañas negras, lo cual podría aumentar el abstencionismo. En esta entrevista, Gustavo Berganza y Luis Fernando Mack se refieren al proceso electoral y a los posibles escenarios políticos a partir del 14 de enero del 2008.
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«Ninguno pone nerviosos a los grandes empresarios y poderes fácticos»
Gustavo Berganza
¿Cuál es su apreciación sobre el actual proceso electoral?
Es un proceso electoral atípico en relación a los anteriores tres que hemos vivido, en donde sí ha habido una competencia entre corrientes electorales distintas. En este caso, las diferencias son de origen profesional (un civil frente a un militar), de énfasis (uno en soluciones de fuerza para la seguridad, el otro en depuración de instituciones de seguridad pública para abordar la delincuencia), pero ninguno tiene propuestas que pongan nerviosos al sector de los grandes empresarios ni a los demás poderes fácticos. Probablemente por eso es que no ha habido polarización ni toma de partido por los grandes medios de comunicación.
¿En caso gane la Unidad Nacional de la Esperanza ¿Cómo afectaría este triunfo en el Congreso?
Por lo general el partido del Presidente es que el que, al menos durante el primer año, suma más diputados. No sería extraño que la bancada creciera de tal forma que se le hiciera fácil formar mayorías simples.
¿Por el contrario, si el Partido Patriota controla el Ejecutivo ¿Qué efectos habría en las fuerzas del Congreso?
Si gana el PP sucede otro tanto de lo mismo. Probablemente sumará más diputados, tránsfugas de otros partidos pequeños.
¿En las relaciones de poder político, puede decirse que el Legislativo y el Ejecutivo no son independientes?
Son interdependientes. El Ejecutivo, sobre todo cuando no hay un partido aplanadora, depende mucho de la negociación con el Legislativo para hacer aprobar sus propuestas de ley. Y los diputados, pues ven en esa necesidad de negociar que tiene el Gobierno una ventana de oportunidad para tramitar obras para sus distritos.