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Cuando el muchacho llegó a la meta, lo observaban por la televisión en casi toda Europa y la noticia se publicó al día siguiente en muchos periódicos: ¡Había recaudado 3 millones de dólares!
Ernesto Vilan tuvo la idea de correr por 1 año, una maratón solitaria por una serie de países, con el objeto de reunir dinero para equipar un hospital para minusválidos en Barcelona, España.
La inquietud surgió después de comprobar que muchos impedidos quedaban obligados a la mendicidad, pues en 1956 era muy difícil y caro conseguir aparatos que sustituyeran un brazo o una pierna.
Entonces, se lanzó a la aventura y logró el éxito que deseaba: corrió 16,800 kilómetros por catorce naciones; Ernesto no contaba con brazos, pero sí con pies ágiles y espíritu indomable.
A LOS CAMPEONES, NINGíšN DEFECTO LOS DETIENE.