A cada quien lo suyo


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Fue Platón quien recogió la idea antigua de dar a cada quien lo suyo y más de alguno podrá preguntar ¿Y por qué existe el término “suyo”? Pues se debe a la existencia de otro principio fundamental, el de respetar el derecho de cada quien a tener lo que le pertenece. De ahí proviene también la célebre frase de don Benito Juárez: “El respeto al derecho ajeno es la paz”, lo que también resulta ser una de las columnas que sostiene la justicia, pues sin derecho no existe la justicia. Piénselo bien estimado lector, no cumplir con lo anterior es la razón de tener los innumerables problemas que afligen a nuestra sociedad.

Francisco Cáceres Barrios
fracaceres@lahora.com.gt


Si el Estado de Guatemala consigna entre otras cosas en su Constitución Política que es su deber garantizarle a los habitantes de la República la justicia y la seguridad ¿Por qué no cumple algo tan sencillo como elemental?; ¿por qué las autoridades del Estado no combaten eficazmente a los delincuentes que viven robando mañana, tarde y noche los teléfonos celulares?; ¿para qué se emiten leyes que establecen que las empresas telefónicas una vez avisadas de su hurto o robo deben inhabilitar dichos aparatos, pero a la hora de cumplirlas simplemente se hacen los desentendidos movidos por malsanos intereses particulares?

    En cosas tan sencillas como estas es donde sobresale la contradictoria posición de quienes hoy representan al Organismo Ejecutivo al pretender reformar el Estado a base de modificar la Constitución de la República, cuando fue, es y sigue siendo incapaz de cumplir siquiera con los primeros artículos de la misma en donde hoy, no mañana, están claramente consignados los fines y los deberes del Estado. ¿Por qué no cumplir con la ley y velar porque todo el mundo la cumpla en Guatemala?

    La justica es un derecho del ser humano y solo puede existir si somos capaces de poseerlo y de reclamarlo. De ahí nuestra constante queja porque los ciudadanos se quedan callados ante la violación, la transgresión y la burla que cada día se hace de la justicia en nuestro país. Ha llegado la desfachatez al punto que constantemente vemos a los delincuentes reclamar su derecho a la justicia, sin que nadie se atreva a increparles en dónde quedó el cúmulo de derechos violados a su víctima. Nosotros, preferimos tomar el cómodo papel de ser simples espectadores y hasta de simples comentaristas de tantas violaciones a los derechos de cada quien, llegando a transformarnos en contadores de chistes relacionados con el sinnúmero de desgracias que presenciamos a diario.

    Basta ya de seguir irrespetando el derecho de cada quien a disfrutar lo que legítimamente le pertenece. De nada sirve recibir apoyos financieros del exterior, salvo para montar espectáculos para que las autoridades los usen para dar la apariencia de estar fortaleciendo la seguridad ciudadana, mientras ni se cumple ni se vela porque la ley sea efectiva.