A 70 años de la «invasión marciana»


Orson Welles, actor y director, causó el pánico el 30 de octubre de 1938, cuando transmitió por la radio una recreación de la

Miles de radioescuchas aterrados, gente que huye de sus casas y red telefónica saturada: la controvertida dramatización radial por Orson Welles de la novela «La guerra de los mundos» demostró hace 70 años la capacidad de los medios de generar una ola de pánico.


La obra de ciencia ficción del británico H.G. Wells, que narra un ataque de marcianos en Inglaterra, inspiró el guión del programa difundido en Estados Unidos por las ondas de CBS el 30 de octubre de 1938 en ví­speras de Halloween.

Siete décadas después, una serie de eventos especiales recordarán esta semana el acontecimiento en Estados Unidos, incluyendo una nueva recreación radial el jueves de noche desde la Universidad Ball State de Indiana.

En la adaptación de Welles y su troupe del Teatro Mercury, emitida desde la CBS en Manhattan, los hostiles extraterrestres aterrizaban en Grover»s Mills en el estado vecino de New Jersey, antes de atacar con rayos y gases a Nueva York.

El guión de Howard Koch –que cuatro años después escribió el del film «Casablanca»– era tan realista, con interrupciones del programa, boletines noticiosos y efectos sonoros, que miles de personas lo tomaron por cierto.

Algunos habitantes de New Jersey huyeron de sus casas para protegerse contra el gas de los marcianos, otros saturaron de llamadas a la policí­a o los diarios, según testimonios citados por la prensa local de la época.

La envergadura del pánico provocado difiere según los expertos. Según un estudio publicado diez años después por la Universidad de Princeton, más de un millón de personas fueron afectados de alguna forma.

La reacción gregaria fue en todo caso de amplitud suficiente como para que al dí­a siguiente el diario New York Times titulase en primera plana: «Radioescuchas en pánico tras tomar teatralización de guerra como un hecho».

Henry Brylawski, abogado de 95 años, relató a la AFP su propia experiencia: «A mí­ no me impresionó para nada. Yo iba en auto a buscar a una joven con la que salí­a en aquel momento y oí­ el programa de Orson Welles, pero francamente no me afectó para nada, ni me pregunté si era falso porque supe que era falso».

«Lo más divertido –prosigue Brylawski– fue cuando llegué a casa de mi novia en (Washington) DC, su hermana que viví­a con ella estaba aterrada. A la mañana siguiente leí­ en los diarios la sensación que causó el programa. Después escuché muchas cosas acerca de la reacción de otra gente».

Al principio de la audición, Welles aclaró que se trataba de una ficción, pero según Scott O»Callaghan, que enseña humanidades en el South Vermont College y autor de un ensayo sobre el tema, mucha gente no oyó la advertencia.

Por otra parte, agregó el experto, el programa ocurrió en un momento especial y «cristalizó tensiones y temores» de los norteamericanos en el mundo inseguro de ví­speras de la Segunda guerra mundial.

«La perspectiva de un encuentro hostil con lo desconocido era demasiado real para los norteamericanos en muchos sentidos», dijo O»Callaghan. «El programa radial nos permitió experimentar en seguridad aquellos temores, durante una hora. Fue a la vez un escape y una lección» sobre el poder de los medios.

«La «Guerra de los Mundos» de Welles mostró que ese poder no debe ser tomado a la ligera», comentó O»Callaghan. Sin embargo, la historia volvió a repetirse.

Otros volvieron a la carga con los marcianos, que «aterrizaron» en Chile en 1944, y en 1949 en Ecuador, donde radioescuchas enfurecidos incendiaron luego la sede de Radio Quito en incidentes que dejaron seis muertos.

El programa de 1938 tuvo otra consecuencia notable: lanzar al joven Welles, de entonces solo 23 años, a la fama mundial. Dos años después, el artista escribió, dirigió, produjo y protagonizó «Citizen Kane», que le valió un Oscar.