Hoy 25 de mayo se cumplen 19 años de aquella mañana en que vimos salir a Jorge Serrano Elías de la Casa Presidencial, un oscuro y fracasado personaje que con base en escobas y alegres canciones se había aprovechado de la ausencia de líderes que siempre acompaña a nuestra oferta electoral y se había adueñado de una Presidencia en la que ni el mismo creía, en la que se entronizó, se sintió rey y en la cual esperaba perpetuarse.
Jorge Serrano no era favorito para ganar las elecciones que lo hicieron Presidente, era un ingeniero con un pasado con obras inconclusas y deudas que lo habían llevado a tribunales, sin embargo, por una de esas extrañas coincidencias que solo suelen suceder en Guatemala, los astros se alinearan en su favor, se coló en segunda vuelta electoral y terminó ungido Presidente. Lamentablemente para el País, la historia de Serrano no mejoró, como la vida del nuevo inquilino de la Casa Presidencial y al cabo de un tiempo se confundió, sintió que la mediocridad que le rodeaba no provenía de sí mismo y que la forma de traer éxitos a su Presidencia y años a su mandato era disolver el Congreso de la República y lo hizo, disolvió también a la Corte Suprema de Justicia y destituyó a todo aquel que se opusiera a sus sueños mesiánicos. Lo bueno de los grandes hechos históricos que suceden en los países es que muestran lo mejor y lo peor de las personas y Guatemala no fue la excepción, así de pronto Jorge Serrano tenía aliados, conformó una nueva, alineada y vergonzosa Corte Suprema de Justicia, trató durante diez días de hacer lo imposible, tratar de convertir un acto ilegal, ilegítimo e injusto en una forma de gobierno, sin embargo, del otro lado de la calle y al frente del Palacio se alineó la Sociedad Civil, el Sector Empresarial Organizado, los Sindicatos, el Procurador de los Derechos Humanos quien luego resultaría ser el nuevo Presidente, pero sobretodo la población, estudiantes, trabajadores, ejecutivos, abogados y un sinfín de personas que demostraron que parecemos ser un pueblo dormido, pero que si algo nos despierta y nos une, es el abuso o la arbitrariedad, contra la cual sin dudarlo, como en aquel entonces, nos unimos y peleamos por lo que consideramos Nuestro Estado de Derecho. Hoy Jorge Serrano Elías vive en Panamá, se dice perseguido político y sin duda lo es, pero solo perseguido por sus torpezas y fracasos, político no, resultó también mediocre para eso y su vida de lujos y placeres que pueda llevar en el país del canal no hará que sanen sus heridas de aquel 25 de mayo de 1993 cuando un mediocre Presidente de la República fue sacado de la Casa Presidencial en medio de insultos, empellones y golpes, propinados por la gente a la que había insultado, por la gente a la que había pretendido robarles su Estado de Derecho.