Japón no estaba preparado para encarar el desastre nuclear del año pasado, reconoció hoy un ex primer ministro, y sugirió que la planta dañada de Fukushima no debería haber sido construida tan cerca del mar en una zona costera prona a los maremotos.
En una entrevista exclusiva con The Associated Press, Naoto Kan reconoció que las autoridades cometieron errores en el manejo de la crisis ocasionada por el terremoto del 11 de marzo y el subsiguiente maremoto, incluyendo una falta de adecuada comunicación y pobre coordinación entre los reguladores nucleares, los directivos de la empresa eléctrica y el gobierno que presidió Kan en aquel entonces.
Empero, destacó que el peor accidente nuclear desde Chernobyl en 1986 puso al descubierto mayores vulnerabilidades de creación humana en la regulación de la industria nuclear japonesa, desde medidas de seguridad inadecuadas a crisis de gerencia. Todas esas fallas necesitan ser enmendadas, agregó.
«Antes del 11 de marzo, estábamos completamente faltos de preparación», indicó. «No solamente las instalaciones, sino la organización y el sistema, no estaban preparados. Ese es el mayor problema».
Kan dijo que el desastre le permitió constatar que Japón necesita reducir sustancialmente su dependencia en la energía nuclear, que suministraba el 30% de su electricidad antes de la crisis, y ha hecho que crea ahora en la energía renovable.
Reconoció además que la entrega de información fue con frecuencia lenta y en ocasiones errónea, especialmente en los días que siguieron a la crisis. Atribuyó esos errores a la falta de información fiable pero reiteró que el gobierno nunca ocultó dato alguno al público.
Kan dijo que el emplazamiento mismo de la planta de Fukushima Dai-ichi era un problema.
Fue construida cerca del mar y a unos 33 pies (10 metros) sobre el nivel del mar en una costa que ha sufrido numerosos maremotos durante siglos, incluyendo tres en los últimos 120 años, todos ellos menores que el del 11 de marzo. Esa altitud era un nivel que los organismos reguladores y la propietaria de la planta, Tokyo Electric Power Co., consideraron segura.