El poeta español Antonio Gamoneda no dudó hoy en incluirse entre los creadores de la «cultura de la pobreza» ensalzando la poesía y la literatura que nace de «una cultura que se genera en el interior de la necesidad» al recibir el Premio Cervantes 2006.
«Yo vengo del trabajo y el trabajo alienante», afirmó el literato español, de 76 años, al iniciar su discurso de aceptación del premio, durante una solemne ceremonia celebrada en el paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares, ciudad natal de Miguel de Cervantes, a unos 30 km al sudeste de Madrid.
El flamante Premio Cervantes, huérfano de padre con apenas un año, no dudó en asegurar que «pronto se me depara la evidencia que más que cualquiera otra circunstancia o razón ha condicionado a mi vida y a mi escritura, la pobreza».
«Mis fuentes, en lo que concierne al saber, a la vigilia de la sensibilidad y al acendramiento de la conciencia, son, permítaseme decirlo crudamente, de baja extracción», añadió, al leer su alocución desde su tribuna tras recibir de manos del rey Juan Carlos el máximo galardón de las letras hispanas, dotado con 90.430 euros.
Como cada 23 de abril, Día del Libro y fecha conmemorativa de la muerte el mismo día de dos grandes genios de la literatura universal, Miguel de Cervantes y William Shakespeare, el Rey le impuso a Gamoneda la medalla y le entregó la estatua que le acreditan como el Premio Cervantes 2006, que el jurado le otorgó por «mayoría» el pasado 30 de noviembre.
El literato español recogió el mayor reconocimiento de las letras hispanas, «144 días después» de recibir el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, de manos de la propia Reina.
El autor habló sobre su orígenes humildes en la ciudad de León (Castilla y León, norte), a la que se trasladó con apenas tres años en 1934, desde su ciudad natal de Oviedo (Asturias, norte) y de las duras impresiones de la Guerra Civil española (1936-1939), así como la presencia de la poesía en la obra de Cervantes y la influencia de la pobreza en autores que la han sufrido.
«Gamoneda comparte con Cervantes una vida llena de sufrimiento», afirmó la ministra de Cultura española, Carmen Calvo, en su discurso de réplica al autor de obras como «Sublevación inmóvil» (1960), «León de la Mirada» (1979), «Blues castellano» (1982) o «Descripción de la mentira» (1977).
Su obra «se nutre del dolor, pero también de la vida», aseguró el monarca español en su discurso de clausura de la ceremonia.
«Desde la pobreza y a través de la prosa, Cervantes es uno de los creadores, el más importante en la lengua española, del pensamiento poético moderno y de su realización en el lenguaje», aseguró Gamoneda, quien recurrió al episodio de los molinos de viento del Quijote para establecer una relación entre el poder y el sufrimiento, desde el punto de vista poético.
«Los molinos son gigantes, los gigantes son poderosos, su ejercicio es la maldad y el caballero de la eterna juventud, el abatido, nos revela que su infortunada verdad consiste en la causa necesaria de luchar contra la maldad», explicó.
«El lenguaje representativo de este ser y de este acontecer en poesía, yo lo advierto ligado a la cultura de la pobreza. La relación dialéctica entre el poder injusto y el sufrimiento está prácticamente en todas las locas aventuras que configuran el curso poético del Quijote», precisó Gamoneda ante un selecto auditorio.
«El sufrimiento de causa social es nuestro sufrimiento (de los poetas de la «cultura de la pobreza») y penetra en modo imprevisible nuestra conciencia lingí¼ística. Quiero dejar dicho que si Don Miguel de Cervantes resucitase o permaneciese físicamente vivo (…) estaría pensativamente cerca de nosotros», concluyó el literato.