La presidenta Cristina Fernández dijo ayer que no fijará límites a las negociaciones salariales que están por iniciarse en distintos sectores de la economía, un anuncio con el que apuesta a aliviar la tensión generada en las últimas semanas entre su gobierno y la cúpula sindical.
Fernández igualmente exigió a empresarios y sindicalistas en un discurso transmitido por cadena nacional «racionalidad» y «responsabilidad» en los acuerdos salariales porque «momentos como el que vive el mundo y Argentina nos obligan a todos a ser más prudentes».
La presidenta respondió así las versiones sobre un supuesto tope salarial del 18% que impondría su gobierno en las paritarias por sector que fijan las subas de remuneraciones para 2012. Esa posibilidad puso en guardia a muchos líderes sindicales, quienes consideran que ese porcentaje no alcanza a cubrir el aumento del costo de vida superior al 25% en el último año, según cálculos privados.
«Se ha dicho que el gobierno va a poner techo a las negociaciones salariales…van a poder negociar libremente sus paritarias de acuerdo a la rentabilidad de cada empresa», manifestó Fernández en un acto en Casa de Gobierno.
Fernández recordó que durante los ochos años de gestión kirchnerista «el Estado nunca intervino fijando la pauta salarial», aunque luego anunció la creación de una comisión integrada por funcionarios de los ministerios de Industria y Economía que evaluará la productividad por sector «para saber si lo que se está demandando (los sindicatos) no afectará la competitividad, pero tampoco que lo que se quiere pagar (las empresas) es para tener más rentabilidad».
«Tengo que mantener una economía con competitividad e inclusión social», expresó Fernández.
La relación del gobierno con un sector del sindicalismo representado por Hugo Moyano, líder del gremio de camioneros y jefe de Confederación General del Trabajo (CGT), atraviesa su peor momento.
Moyano, que era un aliado clave del gobierno para evitar las protestas callejeras, suspendió a fines del 2011 el diálogo con la presidenta por considerar que no está atendiendo una serie de reclamos laborales. Este cortocircuito ha despertado especulaciones sobre inminentes huelgas y manifestaciones.
«Para enojarse siempre hacen falta dos, si uno no quiere no hay pelea», dijo Fernández, en lo que pareció una alusión a Moyano.
En el mismo discurso, Fernández anunció un aumento del 17,62% de las jubilaciones y pensiones a partir de marzo.