A merced de los Bancos y la indiferencia del Estado


Eduardo-Blandon-Nueva

Cedo mi palabra en esta ocasión a Juan Pablo Escobar Galo que nos ofrece un testimonio de lo que a los guatemaltecos nos toca soportar a diario no sólo por los malandrines que nos acosan por la vía de los asaltos y la violencia, sino también por las instituciones que o siguen el juego o simplemente son indiferentes al drama cotidiano.  A continuación la historia:

Eduardo Blandón

 


El martes 20 de diciembre del año pasado en San Lucas Sacatepéquez, alrededor del medio día, fui víctima, como muchos guatemaltecos, del robo de mi cédula de vecindad, dos libretas de ahorro y  ocho cheques de cuentas monetarias del Banco Industrial y del Banco G&T Continental.
      
Es increíble la astucia y rapidez con la que actuaron los vándalos, porque me percate del siniestro hasta las 21:00 horas.  En ese momento vía telefónica notifique a las instituciones  bancarias para inhabilitar las cuentas, pero ya era demasiado tarde, la banda había realizado retiros de mis libretas de ahorro y emitido cheques que fueron cobrados. 
       
Al día siguiente acudí a las agencias centrales de los bancos mencionados, con el fin de ratificar el bloqueo de las cuentas y solicitar un reembolso de los montos extraídos; sobre todo de las cuentas de ahorro en donde en teoría soy yo, el único que puede hacer dicho retiro.
      
Durante la primera quincena del mes de enero el Banco Industrial me reintegró el 100% de los fondos extraídos, indicando que luego de realizar un estudio del caso y analizar mi récord como cliente, consideraban oportuno realizar dicha acción; y he de decirles que no soy accionista del mismo o manejo altas sumas monetarias, soy profesor universitario y vivo de mi salario.
      
Por su parte el Banco G&T Continental, luego de más de un mes de “investigación”, me ha notificado que, aunque lo lamentan, “no es posible acceder a su solicitud de reintegro”, citando los procedimientos establecidos por los bancos, indicando que la pérdida de documentos es responsabilidad exclusiva del cuenta habiente y que la firma de la boleta de retiro de la cuenta de ahorro y de los cheques tiene “rasgos similares” a la registrada.
      
Creo que con la notificación emitida cumple con los normativos establecidos, pero también considero que han quedado muchas dudas en mi persona sobre lo pedido por escrito en el proceso de investigación; y sobre todo por el trato que me brindaron.
      
Si la firma que tenía registrada en mi cédula de vecindad no era la misma con la que tengo registrada en las cuentas bancarias ¿cómo los ladrones obtuvieron la firma registrada? ¿Existe alguien dentro del banco que les proporcionó mi firma? Además de ello, si la firma tenía “rasgos similares”, pero no era igual ¿por qué no se realizó el reintegro? Si las agencias en donde se realizaron dichos retiros gozan de cámaras de seguridad ¿por qué nunca se me permitió tener acceso a las mismas y demostrar que no fui yo quien realizó las transacciones?
      
Además de quedar estas dudas en el tintero, quiero resaltar que toda solicitud que realicé fue cobrada: para ver las filmo copias de los documentos, Q.10 por cada una; el cheque de caja para aperturar una nueva cuenta y trasladar los fondos, otro cobro…  sin tomar en cuenta el tiempo invertido en numerosas y largas visitas a la agencia central.
      
Finalmente me pregunto: ¿es digno que una institución que trata de esta forma a sus clientes se publicite con el slogan “Donde los guatemaltecos depositan su confianza”?