La inseguridad que actualmente sufren los vecinos de la zona 10, de la ciudad de Guatemala, derivó en una oferta empresarial de servicios con el fin de intentar mitigar el problema, que incluye, entre otras, instalación de cámaras de vigilancia de alta tecnologí­a y un sistema que abarca a entidades como la Municipalidad y al Ministerio de Gobernación.

El 83% de los vecinos de la zona han sido ví­ctimas de hechos delictivos, según Salvador Paiz, presidente del Grupo Consultivo de Ciudades Seguras, entre los que destaca asaltos a transeúntes o a conductores de vehí­culos.

Según Paiz, esos problemas han provocado el deterioro de la calidad de vida de quienes transitan y viven en el área.

ílvaro Arzú, alcalde capitalino, dijo que la palabra para calificar la acción que se realiza es “anticipación”, pero que, además de eso, para que el programa funcione de una forma adecuada, los agentes de las Fuerzas de Seguridad de las instituciones del Estado deben tener un salario acorde al riesgo que se corre.

Además, Arzú dijo que actualmente, “un agente policial de seguridad no tiene la garantí­a de que se va sacar el pecho por ellos, en caso de que jalen del gatillo”, “eso es importantí­simo”, resaltó.

Agregó que el agente debe ser respaldado por la institución para la que presta su servicio, y tener la certeza que si debe actuar, “no va a ser él el primero en irse al cárcel”, “porque eso es lo que está ocurriendo”, resaltó, “inmediatamente, el primero que se va al bote, es el agente”.

La combinación de factores como un salario inapropiado que no compense el peligro de su actividad, el riesgo de ser llevado a tribunales por actuar cuando debe y, además, dejar a su familia desprovista si eso sucede, entonces el agente, según el Alcalde, “cuando recibe una voz de alarma, producto de la tecnologí­a, la toma por otro lado o se inhibe de participar”.

La entidad inaugurada hoy es el Centro de Control íšnico de Gestión de Incidentes, que según se explicó, atenderá emergencias de tránsito, de seguridad y salud por medio de 63 puntos de monitoreo, a través de 25 cámaras en primera fase, hasta alcanzar 180, con un equipo integrado por varias instituciones.

El sistema funcionará con llamadas de parte de los vecinos, que informen sobre incidentes, y a la vez, el Centro íšnico facilitará información a las autoridades competentes.

El programa constituye un plan piloto que dicen intentarán replicar en otras zonas de la ciudad.