Los intensos combates que mantienen el ejército etíope con insurgentes se reanudaron este viernes en Mogadiscio, en una nueva escalada de violencia en la capital somalí, donde ambos bandos se enfrentan desde comienzos de abril.
«Los combates se reanudaron. Escuchamos disparos de ametralladora y los etíopes hacen disparos de mortero. Caen por todos lados disparos de artillería», informó a la AFP Fahad Gutale, habitante del norte de Mogadiscio.
Según un periodista de la AFP, las fuerzas etíopes colocadas cerca del palacio presidencial (sur de Mogadiscio) lanzaron el viernes varios disparos de mortero contra posiciones de insurgentes en el norte de la ciudad. Los insurgentes respondieron entonces con tiros de mortero.
El ejército etíope intervino en Somalia, oficialmente desde diciembre de 2006, para acabar con los tribunales islámicos que exhortan a la guerra santa contra el régimen etíope.
Además, este jueves un coche explotó en el interior de un campamento del ejército etíope, en la periferia sur de Mogadiscio, según testigos. Por el momento no se conocen ni las causas de la explosión ni si dejó víctimas.
Según una fuente próxima al gobierno somalí, que no quiso ser identificada, las tropas etíopes tienen como objetivo una antigua fábrica que controlan los insurgentes a unos 800 metros del estadio del barrio de Al Kamin, en torno al que del 29 de marzo al 1 de abril se produjeron durísimos combates.
Esa misma fuente informó que se espera recuperar el control de la zona este fin de semana. Además, añadió que en los últimos días, los soldados etíopes se incautaron de gran cantidad de municiones, sobre todo cohetes, escondidos en camiones que entraban a la capital.
Según los expertos, los insurgentes se integran en un heterodoxo conjunto de milicianos islamistas, señores de la guerra y líderes tradicionales, sobre todo del poderoso clan Hawiye.
Etiopía, país aliado de las autoridades somalíes, lanzó una ofensiva aérea antes de centrar sus ataques por tierra, y ambos bandos refuerzan sus posiciones desde primeros de abril.
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) calificó los enfrentamientos como los peores de la capital somalí en los últimos 15 años. Los líderes del clan Hawiye dijeron que al menos 1.086 personas murieron como consecuencia de las refriegas.
La perspectiva de una reanudación de los combates a gran escala aterroriza a la población de Somalia, país paupérrimo del Cuerno de ífrica en guerra civil desde 1991.
En los últimos tres meses, más de 200.000 personas (de una población total de un millón) abandonaron Mogadiscio, según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
El jueves, el coordinador humanitario de la ONU en Somalia, Eric Laroche, denunció que las fuerzas gubernamentales somalíes impiden la distribución de ayuda a miles de desplazados y advirtió que la crisis puede «transformarse en catástrofe muy rápidamente».