Rumania estaba sumida hoy en la incertidumbre entre la determinación de su presidente, Traian Basescu, por recuperar en las urnas su cargo del que fue suspendido el jueves y la voluntad de sus adversarios de alejarlo definitivamente del poder.
Basescu, de 55 años, que declaró públicamente que dimitiría «cinco minutos después» de su suspensión por el Parlamento, mantenían sin embargo la duda sobre sus intenciones, dejando abiertas todas las posibilidades.
Dirigiéndose a varios miles de simpatizantes que se concentraron el jueves por la noche en el centro de Bucarest, el mandatario suspendido se limitó a citar a los rumanos «a las urnas».
Basescu no explicó si hacía alusión al referéndum sobre su destitución, que debería ser organizado en un plazo de 30 días, o a una elección presidencial anticipada en los próximos tres meses en caso de que dimitiera.
«Hasta el lunes, cuando se reúnan las formalidades relativas al voto de suspensión, seguiré siendo presidente titular de Rumanía», exclamó.
La prensa del viernes destacó este aparente «viraje» de Basescu, que podría «marcarle con la vergí¼enza» si no cumple su promesa, escribió el editorialista del diario Gandul, Cristian Tudor Popescu.
La vacilación del presidente se debería a los rumores de que el gobierno del primer ministro Calin Tariceanu, enconado enemigo de Basescu, se prepararía para cambiar la ley electoral e impedir así que el suspendido presidente vuelva a presentarse, según la prensa.
Tariceanu, cuyo Partido Nacional Liberal (PNL) contribuyó ampliamente en el voto en favor de la suspensión del jefe del Estado, declaró que Basescu «no tenía más el derecho moral de presentarse de nuevo como candidato».
«Las reglas del juego parecen haber cambiado», comentó la analista Catalin Avramescu, calificando de «inaceptables» las declaraciones del primer ministro.
Este último trató de tranquilizar a la Unión Europea y a los medios económicos afirmando que «las instituciones funcionan» y que «Rumania está firmemente determinada a respetar sus compromisos y a efectuar reformas».
En Luxemburgo, el comisario europeo de Justicia Franco Frattini subrayó una vez más «la importancia» que se atribuye a la continuación de la reforma del sistema judicial y a la lucha contra la corrupción en Rumanía.
En junio, la comisión presentará su primer informe de evaluación sobre Rumanía después de la entrada del país en la UE, el 1 de enero.
Por su parte, la prensa local ha empezado a formular hipótesis sobre los posibles candidatos a una elección presidencial, en la que Basescu figuraría como favorito.
Los liberales y los social-demócratas (oposición) mentores del proceso de destitución, parecían descartar el presentar a sus respectivos presidentes, Calin Tariceanu y Mirce Geoana. Ambos grupos preferirían el nombramiento de un candidato único, sin etiqueta de partido, capaz de lograr un resultado honorable en las urnas.
El presidente del Banco Central, Mugur Isarescu, que fue candidato presidencial en 2000 y el ex campeón de tenis Ion Tiriac son algunos de los nombres barajados a menudo por los medios locales.