Robert Kraft va camino a otra final de la Conferencia Americana, pero esta vez es al término de una temporada como ninguna otra en sus 18 años como dueño de los Patriots de Nueva Inglaterra.
Kraft perdió a su esposa Myra, que falleció en julio, y desde entonces, aseguró el viernes, encontró a una «gran familia» en el vestuario y las oficinas del estadio Gillette.
«El equipo ha sido mi salvación. Tuve hijos, mis cuatro hijos y ocho nietos, y éste equipo ha sido como mi gran familia», dijo Kraft, dos días antes de la sexta final de conferencia de su equipo en once años.
Toda la temporada, los jugadores usaron parches con las iniciales «MHK» en sus uniformes y el domingo lo volverán a hacer cuando reciban a los Ravens de Baltimore. Es su manera de homenajear a Myra Hiatt Kraft, esposa del dueño durante 48 años y activista de causas benéficas, a quien le dedicaron esta temporada.
Kraft se mostró emocionado por momentos en la conferencia de prensa.
«Me pellizco a mí mismo porque tengo el privilegio de ser el dueño de este equipo», dijo Kraft. «Tenemos un grupo excelente de jóvenes y todos se han portado muy bien conmigo, excelente. A veces algunos pasan y se tocan el parche y me dicen: ‘Ese fue para Mamá’. Espero que sigamos avanzando».
Cinco días después de la muerte de su esposa a los 68 años, Kraft acompañó al comisionado Roger Goodell y a otros al anunciar el 25 de julio que el cierre patronal se había terminado. El center de Indianápolis Jeff Saturday, uno de los principales negociadores, le puso un brazo en el hombro y dijo que el acuerdo no hubiera sido posible sin él.
«Estoy feliz que tuvimos gente razonable de ambos lados de manera que pudiéramos resolverlo», dijo Kraft.
Antes que él comprara el equipo en 1994, los Patriots tenían una marca de 4-6 en los playoffs y ningún campeonato. Desde entonces, llevan una foja de 18-9 con tres títulos de Súper Bowl.