El presidente Nicolas Sarkozy recibió a líderes sindicales y empresarios para una reunión sobre empleos hoy, y rechazó la acusación de que se trató de un acto político apenas tres meses antes de las elecciones generales.
Los detractores acusan al presidente de derechas de ofrecer remedios de último momento para reducir una tasa de desempleo que ronda el 10%. Su respuesta es que la crisis económica y financiera requiere cambios inmediatos.
Francia, un pilar de la eurozona, está en la primera plana desde que Standard & Poor’s el viernes degradó la deuda soberana, que durante décadas ostentó la calificación máxima de triple A. Esto generó dudas acerca de si la unión monetaria podrá poner orden en sus cuentas fiscales.
«La situación económica actual en Francia como en Europa es muy peligrosa. Es urgente», dijo Sarkozy al inaugurar la reunión a puertas cerradas, de acuerdo con una transcripción difundida por su oficina.
En una alusión transparente a sus detractores, Sarkozy se preguntó: «Â¿Se detienen la vida económica y los despidos porque hay elecciones? ¿Debemos dejar de pensar y actuar porque hay elecciones?»
Comparó la situación francesa con la de «nuestro principal competidor… Alemania», la economía líder de Europa que conserva su calificación triple A de S&P.
Sarkozy dijo que los costos laborales franceses aumentaron 20% entre 2000 y 2009, comparado con el 7% en Alemania. Dijo que el costo relativo que paga el empleador por un trabajador que gana un salario mensual bruto de 2 mil 500 euros (3 mil 200 dólares) era el doble en Francia que en Alemania.
Defendió una de sus ideas principales de los últimos meses: ayudar a las empresas mediante la reducción de los costos de salud o jubilación, y elevar el impuesto sobre las ventas para compensar el costo de esas reducciones.