Rincón LITERARIO



Costumbres de los famas

Julio Cortázar*

Sucedió que un fama bailaba tregua y bailaba catala delante de un almacén lleno de cronopios y esperanzas. Las más irritadas eran las esperanzas porque buscan siempre que los famas no bailen tregua ni catala sino espera, que es el baile que conocen los cronopios y las esperanzas.

Los famas se sitúan a propósito delante de los almacenes, y esta vez el fama bailaba tregua y bailaba catala para molestar a las esperanzas. Una de las esperanzas dejó en el suelo su pez de flauta -pues las esperanzas, como el Rey del Mar, están siempre asistidas de peces de flauta- y salió a imprecar al fama, diciéndole asi:

-Fama, no bailes tregua ni catala delante de este almacén.

El fama seguí­a bailando y se reí­a.

La esperanza llamó a otras esperanzas, y los cronopios formaron corro para ver lo que pasarí­a.

-Fama -dijieron las esperanzas-. No bailes tregua ni catala delante de este almacén. Pero el fama bailaba y se reí­a, para menoscabar a las esperanzas.

Entonces las esperanzas se arrojaron sobre el fama y lo lastimaron. Lo dejaron caido al lado de un palenque, y el fama se quejaba, envuelto en su sangre y su tristeza.

Los cronopios vinieron furtivamente, esos objetos verdes y húmedos.

Rodearon al fama y lo compadecí­an diciéndole así­:

-Cronopio cronopio cronopio.

Y el fama comprendí­a, y su soledad era menos amarga.

* Escritor argentino.

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