Nacidos en Colombia, Bolivia o Argentina pero franceses de corazón, cientos de latinoamericanos votarán el domingo con la esperanza de «sacar a este país de la crisis en la que está inmerso» y provocar cambios en cuestiones cruciales como la inmigración, el papel de las mujeres o el desempleo.
«Los problemas sociales de Francia lo hacen parecer un Estado del tercer mundo. Ségolí¨ne Royal ha dado la palabra al pueblo, su programa es coherente, pragmático y humanista», opina Libia Borbón, colombiana que obtuvo la nacionalidad francesa en 1998 y está afiliada al Partido Socialista desde la época del fallecido presidente Franí§ois Mitterrand.
Muy activa en la campaña de la candidata, Borbon considera que Royal ha provocado una revolución dentro de su partido y en toda Francia, que «todavía no estaba preparada para entregar el poder a una mujer».
«Ségolí¨ne Royal es la oportunidad de Francia de tener una visión del mundo femenina: la de una mujer y una madre de familia. No se trata de una lucha de sexos. Es un momento crucial para la evolución de este país», corrobora la argentina Elena Alfaro, superviviente del centro de dentención clandestino El Vesubio y residente en Francia desde los años 80.
La opinión del escritor y periodista colombiano Eduardo Mackenzie, de 60 años, francés desde 1997, es bien diferente, ya que considera que el conservador Nicolas Sarkozy es el «único con talante moral e intelectual para sacar a Francia de los terribles problemas que atraviesa».
«Tiene un programa coherente, ambicioso y realista. No como Ségolene Royal que es una catástrofe y el resto de candidatos, que lanzan propuestas que ponen los pelos de punta», explica Mackenzie.
El hecho de que el ex ministro de Interior y hoy candidato de derecha sea el artífice de una ley que multiplicó en 2006 las expulsiones de inmigrantes ilegales en Francia, no es para una parte de estos latinoamericanos una razón de no apoyarle el próximo domingo.
«Votaré por él porque lo veo inteligente y correcto para hacer frente a las injusticias de Francia. Con él, los inmigrantes que trabajen y sean honestos no correrán riesgos», garantiza Carmiña Ayoroa, boliviana responsable de una asociación cultural en París.
Para la uruguaya Lilian Hardy, que llegó a Francia en 1988 por razones políticas, los inmigrantes «sin papeles» estarán más «seguros» si gana Royal, porque «predica un control pero no una segregación».
«No votaré por ella porque sea la menos mala, sino porque su proyecto es nuevo y viable, con proyectos en educación, investigación o democracia que fueron sistemáticamente olvidados por la derecha francesa», considera esta profesora de español de 53 años.
Al igual que un tercio del electorado francés, es decir más de 14 millones de franceses, el chileno Ricardo V. todavía no sabe a quién votar, pero sí está seguro de que usará su derecho.
«Muchos chilenos, uruguayos, argentinos o brasileños no pudimos votar durante años en nuestros países porque vivíamos en dictadura. No podemos dejar de hacerlo ahora», afirma.
Entre Royal, «una socialista light», y Sarkozy, «un tirano que gobernará para unos pocos», la solución podría llamarse Franí§ois Bayrou, candidato de centro. «Sería un voto por eliminación y no opción», matiza el chileno.
Alfaro, que como cientos de miles de franceses tuvo que votar al actual presidente Jacques Chirac en las elecciones de 2002 para evitar la victoria de Le Pen, discrepa y considera que el voto en 2007 debe ser «más responsable» e ir «más allá» de los partidos o figuras políticos.
Para Valeria C., cantante brasileña, la campaña electoral ha sido «ruidosa pero mediocre» y los candidatos y medios de comunicación han «mostrado poco interés en debatir las cuestiones que interesan realmente».
«De todas formas no creo que todo esté decidido de antemano. Sarkozy, Royal, Bayrou y (el líder de la extrema derecha Jean Marie) Le Pen siguen peleando», explica.
De izquierda o de derecha, todos los entrevistados coinciden en que «es una pena» que América Latina haya estado tan ausente de la campaña. «Se ha evaporado, literalmente», afirma Mackenzie.
Borbón destaca sin embargo que Royal sí se inspiró en proyectos de democracia participativa de Brasil y en la campaña de la presidenta chilena Michelle Bachelet a la hora de realizar la suya.
Para esta colombiana, el paso de Royal a la segunda vuelta sería una verdadera «revolución» política.
«Pero sólo imaginar a Sarkozy presidente siento miedo. Francia sería un país todavía más cerrado y conservador», concluye Hardy.