El Sol brilla para Woody Allen


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Sonaron las campana de la medianoche en Parí­s, pero en Hollywood amanece otra vez para Woody Allen tras su mayor éxito comercial en varias décadas y una avalancha de elogios de la crí­tica.

Por DAVID GERMAIN LOS ANGELES / Agencia AP

¿Hasta qué punto cambiará su carrera «Midnight in Paris» (Medianoche en Parí­s)? Ni un ápice, dice Allen.

En casi 45 años de alternar entre los reflectores y las tinieblas, Allen casi no se ha desviado de una fórmula sencilla: realizar una pelí­cula por año con un presupuesto módico y evitar las chucherí­as del mundo del espectáculo —contar los ingresos de taquilla, obsesionarse con las crí­ticas, codiciar los premios— que lo distraerí­an de su rutina.

«Durante décadas he logrado evadir el sí­ndrome del éxito-fracaso», dijo Allen en una entrevista en Los Angeles durante una gira reciente de su banda de jazz tradicional por seis ciudades. «La mayorí­a de los cineastas trabajan en ese espectro, con sus más y sus menos. Obtienen el júbilo y el placer de un gran éxito, disfrutan de los premios, los agasajos, las fiestas de la noche de estreno. Las taquillas se les van a la cabeza, les encanta. Pero cuando algo sale mal, frecuentemente les resulta difí­cil conseguir los fondos para su próxima pelí­cula».

«Yo nunca he tenido ese problema. Nunca he padecido sus alegrí­as ni sus depresiones. Desde 1968, llevo una suerte de existencia con la realización de pelí­culas, digamos, a fuego lento. Y eso está bien, porque lo que a mí­ me divierte es hacer la pelí­cula».

Cuando la fantasí­a romántica «Medianoche en Parí­s» llenaba las salas a mediados del año pasado, Allen ya trabajaba en su siguiente proyecto, preparando el rodaje de su comedia «Nero Fiddled» (literalmente, Nerón tocaba el violí­n) en Roma. «Medianoche» habí­a quedado atrás, pero su carta de amor a Parí­s seducí­a a crí­ticos y fanáticos como ningún otro filme de Allen en muchos años.

En esa fantasí­a ingeniosa que explora la insatisfacción perenne de la gente con los tiempos que les toca vivir, Owen Wilson es un escritor estadounidense que añora el Parí­s de los años 20 y puede pasar unas gratas veladas con sus í­dolos Hemingway y Scott Fitzgerald.

A diferencia de Allen, el resto de Hollywood sí­ lleva cuenta de su desempeño en taquilla: «Medianoche en Parí­s» fue el mayor éxito del cine independiente del año con recaudaciones de 56,4 millones de dólares en Estados Unidos y más de 100 millones en el mundo.

La cinta cuenta con cuatro candidaturas a los Globos de Oro, una al premio al mejor guión del Sindicato de Guionistas de Estados Unidos (WGA, según sus siglas en inglés) y la primera para Allen del Sindicato de Directores de Estados Unidos (DGA) desde «Crimes and Misdemeanors» (Crí­menes y pecados) de 1989.

Allen, quien ya posee el récord de 14 nominaciones al Oscar al mejor guión, probablemente mejorará esa marca este año. Además, podrí­a ser nominado a mejor director por primera vez desde «Bullets Over Broadway» (Balas sobre Broadway; Balas sobre Nueva York) de 1994 y conseguir su primera postulación a mejor pelí­cula desde «Hannah and Her Sisters» (Hannah y sus hermanas), de 1986.