DEJEMOS DE FESTEJAR


El año pasado nos dejó muchos festejos de los cuales aún no nos reponemos y nos ponemos todos los guatemaltecos activos a trabajar. El festejo de la firma de la paz; la entrega del Premio Nacional de Literatura; el 13 Bak Tum; la Navidad, el inicio del Año Nuevo y en esta ocasión el cambio de mando a quien dirigirá los destinos de una nación un poco desequilibrada. Pero la culpa no es de la nación, ni de sus pobladores que sólo son ví­ctimas de sus malos gobernantes, y al decir gobernantes no nos referimos solamente al Señor Presidente como dirí­a Asturias, sino a sus mismos ministros y subalternos.

Lic. Rogelio Dávila
Catedrático Universitario

 


Tal es el caso del ministro de Cultura y Deportes, Dr. Héctor Escobedo, dirigiendo un elefante blanco al cual la opinión pública aún no le pone mucha atención, donde se hacen malos manejos, asimismo podemos verlo reflejado en la  administración de su viceministra Licda. Elsa Son Chonay y su subalterno el poeta Francisco Morales Santos a cargo de la Editorial Cultura como que si la buena administración tuviera que ver con los poemitas.  Habrí­a que preguntarle a ellos qué han hecho para que los acuerdos de paz se cumplan promoviendo la cultura en general, no como arte sino como conservación de las costumbres guatemaltecas, si en este aspecto no se ha hecho nada ahora imaginemos cómo habrán actuado en la promulgación del arte.  Esta época de solidaridad fue la peor que pudo vivir el artista nacional, sin apoyo, sin estí­mulo y creando mayor división discriminatoriamente, y no sólo hacia el indí­gena sino hacia el ladino pobre, solamente los artistas que tuvieron la “oportunidad” de trabajar en este ministerio pudieron tener sus frutos logrados. Tal es el caso tan reluciente de la entrega del premio nacional de literatura “Miguel íngel Asturias” a un ascendiente español, Francisco Pérez de Antón, claro que no criticamos su valí­a como escritor, sino la discriminación hacia los demás escritores que se desgarran buscando una oportunidad.  Vimos cómo una asociación cultural llamada Avenida Cultural que tuvo la osadí­a de proponer a tres escritores que tampoco merecí­an ese honor como Francisco Albizúrez, Erwin Peláez y Jorge Godí­nez, con estos escritores de medio palo ya se sentí­a la mediocridad, y se le criticó mucho a dicha entidad sólo con el hecho de proponerlos, pero se quedó corto ante la decisión del ministerio en otorgárselo a un potentado y millonario escritor.  Bueno, como decí­an las abuelitas al aconsejar: “Mijo, no importa que no seas muy listo, lo que importa en la vida es que tengas un conecte y mucha suerte”. Asimismo le sucedió al poco apoyo a los músicos de la Filarmónica Nacional, al Conservatorio de Música, al Ballet Guatemala, y para no ir muy lejos a los atletas de la Federación Deportiva guatemalteca que recientemente participaron internacionalmente, haciendo grandes honores a nuestra patria querida en Guadalajara 2011, sacando a luz posteriormente junto con sus medallas de oro y plata la corrupción que se maneja en dicha dirigencia, cosa que también atañe a este ministerio. Así­ pues, es necesario que en Guatemala tengamos ya solamente el festejo del cambio de autoridades y todos juntos con el nuevo gobierno comencemos a trabajar, para poder sacar adelante a todo un paí­s y no sólo a nuevos compadres y familiares.