El premier italiano Mario Monti dio su apoyo hoy a un nuevo impuesto sobre las transacciones financieras impulsado por Francia y Alemania, pero dijo que preferiría que se aplique en toda la Unión Europea.
La canciller alemana Angela Merkel y el presidente francés Nicolas Sarkozy insinuaron que bastaría aplicar el nuevo gravamen en los 17 países de la eurozona. Monti dijo que sería mejor aplicarlo en los 27 países de la UE -algo difícil debido a la oposición de Londres- pero no descartó un acuerdo limitado a la eurozona.
«Estamos dispuestos a apoyar esta iniciativa a nivel de la UE», dijo Monti en una conferencia de prensa con Merkel durante su primera visita a Berlín desde que sucedió a Silvio Berlusconi en noviembre.
Mientras el gobierno de Berlusconi rechazó de plano un nuevo impuesto financiero, Monti lo consideró una buena idea, sobre todo para aliviar el peso fiscal sobre las familias.
Sarkozy, quien se presenta a reelección en abril, dijo que Francia podría aplicarlo unilateralmente, pero Berlín ha sido más cauto.
Merkel dijo días atrás, después de una reunión con Sarkozy en Berlín, que todavía no hay acuerdo sobre una tasa de Tobin en su propia coalición gobernante y pidió a los gobernantes europeos que aclaren sus posiciones al respecto antes de marzo.
La Comisión Europea calcula que la tasa Tobin podría recaudar unos 57 mil millones de euros (77 mil millones de dólares) anuales en Europa.
El impuesto sería un pequeño porcentaje de una transacción: París propone que sea 0,1% en el caso de los bonos y 0,01% para derivados más complejos. Aunque algunos países aplican una tasa pequeña sobre la compra-venta de acciones, el gravamen propuesto incrementaría sus alcances y monto y además desviaría parte de los ingresos a Bruselas.
La tasa fue propuesta por primera vez por el economista James Tobin, de quien Monti fue discípulo en la Universidad de Yale.