Un fiscal en Uruguay dijo que quizá tenga que cerrar el caso por abuso que se sigue contra seis soldados del grupo de pacificación de la ONU acusados de violar a un joven haitiano, debido a que las autoridades no pueden conseguir que testifique la presunta víctima; pero el joven dijo el lunes a la AP que nadie se lo ha pedido.
«Ellos saben dónde encontrarme», dijo a un reportero de la AP el joven de 19 años en una llamada por teléfono celular. «Si me llevan, yo iré».
Los ex miembros de la misión de la ONU fueron liberados la semana pasada, quedando pendiente un juicio militar por violar los reglamentos que prohíben fraternizar con civiles dentro de las bases militares. En una corte civil se procesa una investigación por separado sobre los cargos de abuso, pero sólo puede ir a juicio con la cooperación del hombre, señaló el fiscal Eduardo Fernández Dovat.
Jorge Menéndez, viceministro de Defensa de Uruguay, dijo la semana pasada que las autoridades han tratado reiteradamente obtener el testimonio del hombre, ya sea trayéndolo a Uruguay o haciendo que responda preguntas desde donde se encuentre. Las autoridades señalaron que no han sabido nada de él desde que su abogado exigió un arreglo de cinco millones de dólares, a lo cual respondieron las autoridades uruguayas que no era posible.
Los seis infantes de la Marina de Guerra uruguaya fueron expulsados de Haití en septiembre y encarcelados en su país mientras fiscales militares y civiles investigaban las acusaciones de que el hombre fue violado después de que los efectivos de la ONU lo invitaron al interior de su base en Port Salut, Haití.
Uno de los soldados grabó la escena con un teléfono celular, en la cual aparece el hombre siendo obligado a acostarse en un colchón mientras un soldado parcialmente vestido simulaba la violación.
Los soldados calificaron inicialmente los hechos como una travesura que se salió de las manos, pero esto molestó a muchos haitianos, y dio armas a quienes han exigido la salida de la misión de la ONU.