«El gobierno va tener que enfrentar una reforma fiscal»


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El inicio de un nuevo año está marcado siempre por expectativas, previsiones y perspectivas que giran en torno a la economí­a. El arranque de 2012 coincide con el comienzo de un nuevo Gobierno, y en ese contexto, el economista Federico Linares, director General del Grupo Financiero G&T Continental, ofrece su punto de vista sobre las condiciones económicas y financieras que se esperan en Guatemala.

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LUIS ARí‰VALO
larevalo@lahora.com.gt

¿Cuáles considera que serán los principales retos para el nuevo Gobierno en materia financiera y fiscal?
En materia financiera, el nuevo gobierno seguramente apoyará las medidas que ha venido tomando la Junta Monetaria en lo que respecta a la polí­tica monetaria, cambiaria y bancaria, que desde hace varios años ha logrado mantener en un equilibrio satisfactorio en los principales precios macroeconómicos. Léase inflación, tasa de interés y tipo de cambio. La tasa de inflación interanual se situó durante 2011 en 6.2%; las tasas de interés, tanto activas como pasivas, estuvieron bastante estables y el tipo de cambio no sufrió cambios significativos, algunos moderados por razones estacionales. En la parte fiscal hay dos problemas fundamentales: recaudación y gasto, y la deuda del gobierno central. En el primero, el gobierno va tener que enfrentar una reforma fiscal. No puede soslayar este tema. Y la reforma debe ser integral. Es decir, que hay aspectos cualitativos y cuantitativos; tan importantes unos como los otros. Dentro de los cualitativos, hay que señalar primero la honradez y transparencia en el manejo de los recursos, la priorización del gasto y eficiencia en su utilización. En el área cuantitativa, hay aspectos administrativos y otros tocan las tasas impositivas. Entre los aspectos administrativos, la SAT tendrá que facilitar, modernizar como lo ha venido haciendo, la recaudación de impuestos. De tal manera que al facilitarlo, al mismo tiempo esté dando la oportunidad de que se amplí­e la base. Es un requisito indispensable en toda reforma fiscal, para tratar de incrementar la recaudación, que se amplí­e la base.

¿Cómo se logra ampliar la base tributaria?
A través de medidas administrativas, como simplificar toda la tramitologí­a para pagar impuestos. Hacerla más clara, sencilla y asequible a los contribuyentes. Castigando fuertemente la evasión. Hay estimaciones que arrojan que si se controlara el contrabando, podrí­amos estar hablando de unos Q6 mil o Q7mil millones, un poco más de 1 punto porcentual del PIB. El nuevo gobierno tiene que ver cómo hace una reforma tributaria y evita la evasión. Luego, el tema “polí­ticamente incorrecto”, que a nadie le gusta, es tocar las tasas impositivas. Y en ese sentido, tengo entendido que las próximas autoridades en la parte fiscal, están conversando con distintos sectores para ponerse de acuerdo en las tasas impositivas fundamentalmente lo que toca al Impuesto Sobre la Reta (ISR) y al Impuesto al Valor Agregado (IVA). Yo creo que de estas discusiones habrá humo blanco -señales para los agentes económicos- y las nuevas autoridades van a poder llevar un paquete al Congreso de la República.

¿Es factible esperar algo parecido a lo que ocurrió en El Salvador, que se incrementó el ISR?
Yo tengo entendido que el sector privado guatemalteco está en la mejor disposición de apoyar al futuro gobierno, y dentro de ello está la discusión de tasas impositivas. Yo esperarí­a que se pongan de acuerdo en esa discusión. Y desde luego no será sólo con el sector privado, sino con otros sectores. Yo percibo una buena disposición de parte del sector privado a considerar modificaciones a las tasas impositivas.  Algo muy importante es que una reforma fiscal debe tratar de incentivar el crecimiento económico. Por ejemplo, el crecimiento significativo de los ingresos fiscales en 2011, se debe a que la economí­a creció más de lo que se habí­a esperado, 3.8%. Hay relación positiva entre crecimiento de ingresos tributarios y el crecimiento de la economí­a y la relación de causalidad va de crecimiento económico a crecimiento de recaudación.

¿Cuál es su opinión respecto de la deuda pública del paí­s?
Hay varios indicadores para ver si un paí­s está endeudado en áreas que podrí­amos llamar aceptables, si se acerca a niveles crí­ticos o si ya está en situación crí­tica. El principal indicador es el de deuda pública, tanto interna como externa, relacionada con el Producto Interno Bruto. En ese sentido, la deuda de Guatemala no llega a niveles crí­ticos o lí­nea de preocupación. Estamos bastante por debajo. Cualquiera que analice únicamente este indicador, dirí­a Guatemala no tiene ningún problema… Puede seguirse endeudando. El problema es cuando relacionamos el monto de la deuda con el de la recaudación tributaria. Cualquier persona, familia o paí­s, para medir su grado de endeudamiento debe considerar su capacidad de pago, y Guatemala no tiene capacidad de pago. ¿Por qué? Porque tiene una recaudación tributaria muy baja. Ahí­ si llegamos a niveles preocupantes. Dado el nivel de deuda que alcanzó actualmente el gobierno, de cada quetzal de tributación, 22 centavos tendrá que destinar, forzosamente, a la atención de la deuda. Es un porcentaje muy alto (…) fuera de las rigideces constitucionales que tiene el (presupuesto del) Estado, que tiene que dedicar determinados impuestos a determinadas actividades o instituciones (…) ese es el problema de la deuda de Guatemala, hace 4 años, la relación estaba en torno a 17 centavos por cada 100.

¿Considera que el crecimiento de la deuda pública en los últimos años se debe a que Guatemala haya intentado aplicar polí­ticas anticí­clicas, derivadas de la crisis financiera de 2008?
La mayorí­a de paí­ses, principalmente desarrollados y emergentes, tuvieron los problemas financieros más agudos. (Ellos) sí­ tomaron medidas anticí­clicas, que perseguí­an el crecimiento económico. En el caso de Estados Unidos el déficit casi tocó el 10% del PIB. El gobierno (de Guatemala) estaba consciente que debí­a haber una polí­tica (de ese tipo), incluso se llamó (Programa) de emergencia y reactivación económica. Fue un paquete de medidas consensuado (…) sin embargo, lo cual es desafortunado, en mi opinión, no se llevó a la práctica. En buena medida, porque hizo falta, paralelamente, el llevar a cabo una reforma fiscal, que como dice Juan Alberto Fuentes Knight, en su libro, Rendición de Cuentas, que el gobierno, por diferentes razones, no llevó a cabo. Entonces, si por un lado, no se toman medidas (que ya cité) y mejora la recaudación, y por otro, se quiere estimular la economí­a, son dos medidas que si no se toman paralelamente, provocan problemas (de deuda) como los tenemos actualmente.

¿Qué piensa de la proyección de 2.6% de déficit fiscal para este año?
Me parece que es alcanzable.

Eso sin considerar la deuda flotante.
Pero hay que incluirla, porque es una deuda real. En nuestros cálculos no la hemos incluido porque a estas alturas no sabemos exactamente cuál es la deuda flotante (…) Esperemos a que haya una cifra oficial sobre este tema.

¿Cuál serí­a el déficit fiscal ideal para usted?
Ojalá y pudiéramos llevar el déficit fiscal, como se hizo en el segundo año de gobierno, aunque por otras razones no nos gusta (mencionarlo), de Jorge Serrano (…) hicimos un plan de estabilización económica y social y llevamos el déficit fiscal a cero en 1992.

¿Cómo lo lograron en ese entonces?
Tratamos de incrementar la recaudación y se fue bastante selectivo en el gasto. El gabinete económico estaba integrado por Richard Aitkenhead, como ministro de Finanzas, por Ricardo Castillo Sinibaldi como ministro de Desarrollo, entre otros.

¿Y tomando las condiciones actuales, cuál serí­a el déficit ideal, en su opinión?
Uno se sentirí­a conforme con 1.5% ó 1.8%.

El futuro ministro de Finanzas Públicas, ha manifestado que tratará de renegociar parte de la deuda, ¿complica esa declaración el panorama de sostenibilidad de esa variable?
Aunque no es aconsejable, podrí­a considerarse con los organismos financieros internacionales, quienes muy probablemente pedirí­an un programa creí­ble en cuanto a mejorar la tributación y el gasto. Independientemente de una solicitud de renegociación, el nuevo gobierno, como ya lo indiqué, tiene que abordar el problema fiscal.
¿Considera que la proyección de crecimiento económico para 2012, de entre 2.9% y 3.3% es acertada, considerando el panorama económico internacional?
Yo dirí­a que sí­. Pero me parece un crecimiento demasiado modesto, para el potencial que tiene el paí­s. Porque Guatemala, con una polí­tica económica con mejor visión, puede alcanzar tasas de crecimiento más altas.
La gran pregunta que uno se hace es: ¿Por qué Colombia, Perú y Panamá tuvieron crecimiento económico arriba del 6%? ¿Por qué ellos sí­ pueden crecer a esas tasas? ¿Será que no les afecta el contexto internacional?
A mi parece que a veces el contexto internacional es más bien una excusa para no tener tasas de crecimiento más altas. Yo estoy seguro que ese es el reto que tiene la sociedad guatemalteca y el gobierno también.
No encuentro razones por que otros paí­ses crecen arriba del 6% y 7% y nosotros no lo podamos hacer.

¿Qué le parece el nuevo equipo económico que tendrá el nuevo gobierno?
Me parece bien. Pavel (Centeno) me parece muy bueno. El ministro de economí­a (Armando de la Torre) también, para planificación económica está muy bien. El presidente del Banco de Guatemala, si mantienen al actual, aunque habí­a dudas sobre si era el apropiado o no, pero ha mantenido la polí­tica que ya traí­a el banco. El hecho que haya mantenido a todos los técnicos, incluyendo al vicepresidente, ya tranquiliza. Y hasta ahora no sabemos que haya ido en contra de las recomendaciones que han hecho los técnicos.

¿Considera que el Presidente del Banco de Guatemala continuará en su puesto?
No sé qué vaya a pasar, pero en los últimos perí­odos se ha respetado la institucionalidad. A Lizardo Sosa, cuando entro (í“scar) Berger lo quisieron mover, pero se respetó el perí­odo; cuando entró ílvaro Colom quiso remover a Marí­a Antonieta de Bonilla; ahora, a menos que haya una razón de peso, la institucionalidad va prevalecer.

¿Qué hace falta para que ese potencial se vuelva una tasa real de crecimiento económico?
Convicción, decisión y la disciplina para seguir un plan económico y social que se proponga esas metas. Principia en que tanto el sector gubernamental y privado deben tener principios y valores. Como base de todo está la integridad, ese es el primer paso. El segundo es tener un plan de corto, mediano y largo plazo, que propenda a una tasa más alta de crecimiento. Pero si seguimos buscando otros intereses, que no sean los nacionales, entonces no vamos a ningún lugar. Colombia es un ejemplo. Antes de ílvaro Uribe, era un paí­s que tení­a problemas más graves que los nuestros en inseguridad y crecimiento; pero Uribe sí­ es un estadista, y puso un plan, y con disciplina, que es lo que no tenemos nosotros –que ojalá que el presidente Otto Pérez, que tiene esa formación, la ponga en práctica-, ahora vea como está Colombia. (Sic).

¿Es decir, que según usted los factores para producir existen, pero falta convicción?
Sí­. Turismo es un ejemplo. Guatemala está entre los diez destinos turí­sticos preferidos en el mundo, y eso no lo digo yo. Hace tres años, los ingleses escogieron a La Antigua Guatemala como el destino más agradable para visitar en el mundo, arriba de Kioto (Japón), Cusco (Perú), New York (USA) o Paris (Francia). Y eso, sólo en ese sector.

¿Por qué no se han conseguido entonces, altas tasas de crecimiento económico?
Para mí­, porque somos mediocres. No hay excusa entonces.

¿Cree que el marco de trabajo del banco central es el adecuado con metas explicitas de inflación?
Sí­. Creo va en la dirección correcta. Es una de las fortalezas de Guatemala.

¿Cuáles son las fortalezas de Guatemala?
Estabilidad macroeconómica, fundamentada en la polí­tica monetaria, cambiaria y crediticia. Un sistema bancario sano -que incluso a G&T Continental Fitch Ratings subió la calificación en El Salvador y recientemente en Guatemala-, su nivel de reservas monetarias internacionales, que cubren el equivalente de más de tres meses de importaciones.

Los problemas de deuda soberana en Europa, ¿cree que impacten a la economí­a de Guatemala?
Coincido con la mayorí­a de analistas en el sentido que, dados los niveles de relación comercial y financiera con la Eurozona, nos afectarán, pero no en forma significativa.

“En la parte fiscal hay dos problemas fundamentales: Recaudación y gasto, y la deuda del gobierno central. En el primero, el gobierno va tener que enfrentar una reforma fiscal. No puede soslayar este tema. Y la reforma debe ser integral”.

“Yo percibo una buena disposición de parte del sector privado a considerar modificaciones a las tasas impositivas.  Algo muy importante es que una reforma fiscal debe tratar de incentivar el crecimiento económico”.