El Presidente electo ha ratificado lo que dijo en campaña y definió ya las fuerzas de tarea que se harán cargo de enfrentar los principales problemas de seguridad que hay en el país, lo cual nos parece adecuado y congruente con el mandato recibido que se orienta a priorizar el combate a la criminalidad. Sin embargo, creemos que es fundamental entender que el problema no se resuelve ni con más presencia ni con más acción de las fuerzas de seguridad que conformarán esas fuerzas de tarea, es decir, de policía y ejército, puesto que hay que entender que todo el sistema tiene que funcionar coordinadamente para lograr exitosos resultados.
Seguridad es, además de policía, la implementación de todo el sistema de justicia que no está en manos del gobierno. Tiene que haber una coordinación excelente con el Ministerio Público para realizar investigaciones contundentes que permitan procesar a los delincuentes y con los tribunales para que se aplique la ley sin interferencias de factores extraños. Debe haber un cambio profundo en presidios para que ya no salgan de las cárceles las extorsiones e instrucciones a las pandillas para que cometan sus fechorías.
En resumen se trata de un proceso amplio y complejo que no dependerá sólo del trabajo del Ministro de Gobernación ni de la coherencia y eficacia de las fuerzas de tarea. Hará falta un esfuerzo y un liderazgo muy sólido para que todo el sistema de justicia funcione como debe ser, algo que demanda esfuerzos supremos, sin parangón en la historia del país, porque no podemos negar que hay deficiencias gravísimas producto de la impunidad que se ha sistematizado en Guatemala y contra la que debemos redoblar esfuerzos.
Por ello pensamos que es muy importante que la Presidencia de la República maneje esto como un todo, poniendo el esfuerzo de la lucha contra la impunidad y la búsqueda de la seguridad ciudadana como una política prioritaria de Estado porque al final de cuentas si la policía y el ejército logran controlar a los grupos criminales pero no se les puede aplicar la ley y nuevamente se repite el fenómeno de que salen libres por falta de pruebas o que pueden seguir dirigiendo sus bandas desde la cárcel, el país no habrá avanzado absolutamente nada.
El imperio de la ley en términos absolutos es algo que se necesita con urgencia en Guatemala y que será, sin duda alguna, uno de los retos de cualquier gobierno que desee cambiar al país. Sin eso, todo lo demás será la administración del tráfico de influencias y de los negocios como secularmente ha ocurrido con los gobiernos que nos van tocando.
Minutero:
Que algo huele muy feo
y que Bancafe fue un hueveo
es algo indiscutible
y por cierto muy punible