El gran poder


Editorial_LH

Hace algunos dí­as leí­amos que comentaristas europeos dicen que comparado con los actuales precandidatos republicanos a la Presidencia de los Estados Unidos, George Bush parece un brillante académico, dado el nivel de ignorancia enciclopédica que muestran los aspirantes a dirigir el mayor poder polí­tico del mundo entero. Afirmando que Estados Unidos puede hacer y deshacer en el mundo a su sabor y antojo, los seis candidatos que se pelean ahora los votos en las primarias de New Hampshire dicen tales barrabasadas como para pensar que, literalmente, el gran poder de Dios se apiade de la humanidad si alguno de esos bárbaros ignorantes llega al Gobierno.

 


Oyéndolos hablar de la guerra, por ejemplo, cualquiera pensarí­a que el presidente guerrerista, quien metió a los Estados Unidos en las dos guerras últimas fue Obama, a quien pintan como el verdadero engendro del mal. Critican lo que han costado esas guerras, el alto costo en vidas que han tenido y el mal manejo de la situación en el terreno, sin recordar a sus electores que fue otro republicano el que los embarcó en esas aventuras.
 
 Hablan del déficit fiscal lanzando sapos y culebras contra este gobierno, pero nadie dice que Clinton dejó un presupuesto con superávit, es decir más que equilibrado, y Bush lo hizo pedazos en ocho años, generando el mayor déficit en la historia de ese paí­s. La crisis financiera internacional, con la crisis inmobiliaria producto de la especulación alentada por la falta de regulación en Wall Street y el sector bancario, reventó antes de que llegara el actual gobierno, al que le ha tocado hacer el papel de bombero sofocando el pavoroso incendio que heredó.
 
 Ciertamente Obama no ha sido el lí­der agresivo para impulsar su propia agenda y ha confiado mucho en su capacidad para convencer a los adversarios, en lo que no ha tenido ningún éxito, pero el mundo debe temblar, en serio, de pensar que alguno de esos candidatos pueda sustituirlo.
 
 En el último debate hablaron, por ejemplo, de China como si fuera un paisito cuyos lí­deres se van a zurrar con un grito desde la Casa Blanca. Hablaron de enviar nuevamente tropas a Irak, de bombardear Irán y de una polí­tica exterior de sopapos, sin darse cuenta que, para empezar, China puede jugar el papel que jugó la Francia de De Gaulle cuando acabó con el patrón oro del dólar.
 
 A lo mejor los mayas estaban pensando en el 2012 como fin del mundo si algún atarantado guerrerista de éstos llega a tener el poder de disponer de los arsenales nucleares. Con trogloditas de este tipo, la predicción de los mayas se cumplirí­a fácilmente.

Minutero:
Si la Fiscal tiene talante 
para buscar la justicia 
que ataque la banda tan sucia 
que se hartó con la deuda flotante