Una importante renovación del Diario de Centro América


Jorge_MARIO_Andrino

Durante años, los medios de comunicación oficial han sido objeto de crí­tica por parte de la población en general, pues no alcanzan el nivel de efectividad noticiosa que se requiere de un medio nacional, especialmente su imparcialidad. Este efecto hace que los lectores o radioescuchas, centren su atención en las ofertas noticiosas de medios privados, los cuales juegan un rol importante para la libertad de expresión del paí­s, pero sin hacer mucha incidencia en los aspectos positivos o efectivos del Estado.

Jorge Mario Andrino Grotewold

 


Y por eso se ha visto en varios gobiernos, los gastos millonarios que los distintos presidentes han realizado, ya sea con campañas mediáticas temporales, o bien programas más serios de comunicación formal e informal, pero que siempre desaparecen cada cuatro años,  solo para que el siguiente equipo de gobierno renueve el precepto de información de sus gestiones ante su población.

Sin embargo, durante el gobierno del saliente mandatario, ílvaro Colom, se entregó con empoderamiento la dirección del eterno medio de comunicación oficial, el Diario de Centro América, el cual debo indicar con justa medición habí­a iniciado una labor de cambio desde el gobierno del Presidente Berger, a una conocida periodista del ruedo nacional, Ana Marí­a Rodas.   A pesar que no tengo el gusto de conocer a la licenciada Rodas, su reputación como artista nacional le precede.  Debido a mi profesión de abogado y notario, he tenido la oportunidad de ver el cambio del diario oficial de Guatemala, de un periódico semi-informativo, hacia un medio de comunicación con personalidad y convicción, que informa ordenadamente y establece tanto la crí­tica como lo objetivamente realizado (poco o mucho) por el Gobierno.

Aunado a ello, el diario alcanzó un alto nivel de credibilidad al incluir dentro de sus ediciones semanales, un suplemento que desarrollaba temáticas de importante interés para Guatemala, sin traicionar su vocación objetiva e informativa, promovió entrevistas y traslado de conocimiento técnico de expertos en distintas materias sociales, jurí­dicas, polí­ticas, económicas, culturales y de diversa í­ndole.  El suplemento, además, contó con notorios conocedores del ámbito nacional, quienes como plumas invitadas o bien columnistas asiduos, dieron brillo a la edición semanal.  La calidad y lucidez de sus artí­culos sin duda alguna fueron creando un impacto positivo, inclusive en polí­ticos opositores que reconocieron un cambio en los mecanismos informativos del diario.

Como colofón a la espiral de cambio indicado, el profesionalismo que se obtuvo en los últimos años, y especialmente en los últimos meses, en donde el marcado objetivismo prevaleció ante una campaña electoral difí­cil para el paí­s, y con alta rivalidad polí­tica, el diario oficial, tal y como debe ser, de manera institucional, marcó con sus editoriales una posición técnica y de Estado, dando cobertura mediática tanto al partido de gobierno, como a los opositores, permitiendo que los ciudadanos “de a pie” se mantuvieran informados.

Felicitaciones al Diario de Centro América por este cambio, cuyo reto informativo permanece cada año, no sólo para garantizar una etapa final en el proceso de formación y sanción de las leyes del paí­s, sino también para informar a un determinado sector de la población sobre los pormenores del gobierno e influenciar pensamiento sobre un Estado cada vez más necesitado de alcanzar un nivel mí­nimo de progreso, responsabilidad que recae un una sociedad informada y consciente.