El ex primer ministro israelí Ehud Olmert fue acusado formalmente hoy de nuevos cargos de corrupción, por solicitar presuntamente cientos de miles de dólares en sobornos como parte de un escándalo de bienes raíces que opaca otros casos de los que también se le acusa.
De acuerdo con el documento judicial, millones de dólares circularon ilegalmente para promover una serie de proyectos de bienes raíces, entre ellos un controvertido desarrollo habitacional en Jerusalén que requirió un cambio radical en las leyes que regulan las zonas de construcción y le permitió a las firmas constructoras obtener exenciones fiscales y otros beneficios.
Desde hace tiempo los habitantes de Jerusalén han sospechado que el enorme desarrollo habitacional Holyland, construido sobre una colina notoria, estaba manchado por la corrupción. La acusación del jueves contra Olmert —que era alcalde de la ciudad cuando el proyecto prosperaba— consolidó esas dudas en torno a su integridad personal.
El ex primer ministro también es sospechoso de tráfico de influencias en otro acuerdo de bienes raíces más pequeño que está incluido en la acusación formal, la cual finca cargos a un total de 13 funcionarios gubernamentales, desarrolladores y otros empresarios en tres planes delictivos distintos.
Todos los presuntos delitos habrían ocurrido mientras Olmert fungió como alcalde de Jerusalén y ministro de Industria y Comercio, puestos que ejerció antes de convertirse en primer ministro en 2006. Olmert ha rechazado todos los cargos.
El ex líder israelí ya está siendo enjuiciado bajo otros cargos de aceptar fondos ilícitos de un simpatizante estadounidense y facturar doble a grupos judíos por viajes al extranjero, también antes de convertirse en primer ministro. Olmert también ha rechazado esas acusaciones.