Cuentos cortos
Mario Benedetti*
TODO LO CONTRARIO
Veamos, dijo el profesor:
? ¿Alguno de ustedes sabe qué es lo contrario de «in»?
? «Â¡Out!», respondió prestamente un alumno.
? No es obligatorio pensar en inglés. En español, lo contrario de «in», como prefijo privativo, claro, suele ser la misma palabra, pero sin esa sílaba.
? Sí ya sé, profesor: Insensato ? sensato, indócil y dócil.
? Parcialmente correcto; no olviden, muchachos, que lo contrario del invierno no es el vierno, sino el verano.
? No se burle, profesor…
? Vamos a ver… ¿Sería Ud. capaz de formar una frase más o menos coherente con palabras que si son despojadas del prefijo «in» no confirman la ortodoxia gramatical?
? Probaré…. Aquel dividuo me molesó sus cógnitas. Se sintió dulgente, pero dómito. Hizo ventario de las famias, con que tanto lo habían cordiado, y aunque se resignó a mantenerse cólumne, así todo en las noches padecía de somnios ya que le preocupaban la flación y su cremento.
El profesor admitió sin euforia:
?Sulzo, pero pecable.
LINGíœISTAS
Tras la cerrada ovación que puso término a la sesión plenaria del congreso internacional de lingí¼ística y afines, la hermosa taquígrafa recogió sus lápices y sus papeles y se dirigió a la salida abriéndose paso entre un centenar de lingí¼istas, filólogos, eniólogos, críticos estructuralistas y deconstruccionalistas, todos los cuales siguieron su barboso desplazamiento con una admiración rayana en la grosemática. De pronto, las diversas acuñaciones cerebrales adquirieron vigencia fónica: ¡Qué sintagma, qué polisemia, qué significante, qué diacronía, qué centrar ceterorum, qué zungespitze, qué morfema! La hermosa taquígrafa desfiló impertérrita y adusta entre aquella selva de fonémas. Solo se la vió sonreír, alagada y, tal vez, vulnerable, cuando el jóven ordenanza, antes de abrirle la puerta, murmuró casi en su oído: ¡Cosita linda!
* Escritor uruguayo