El euro superó la barrera simbólica de 1,36 dólares hoy en el mercado de cambios por primera vez desde fines de diciembre de 2004, cuando estableció su récord a 1,3666 dólares.
La moneda europea subió hasta 1,3616 dólares antes de retroceder ligeramente. A las 09:00 GMT se cotizaba a 1,3612 dólares.
Esta subida se registró en un contexto de debilidad generalizada del billete verde frente a las principales divisas: la libra esterlina superó este día la cota de 2,01 dólares, muy cerca de niveles que no se habían alcanzado desde junio de 1981.
«El castigo del dólar continúa», comentó Peter Franck, economista del banco ABN Amro.
La divisa norteamericana sufre las consecuencias de las malas perspectivas económicas en Estados Unidos, donde la desaceleración del sector inmobiliario pesa sobre el crecimiento, y de un diferencial de rendimiento menos favorable que antes con respecto a otras divisas.
Mientras las tasas de interés norteamericanas están fijadas en 5,25% desde junio 2006, en la zona euro la tasa directriz del Banco Central Europeo (BCE) pasó de 2,75% a 3,75%, acercándose al nivel de Estados Unidos.
El presidente del BCE, Jean Claude Trichet, parecía confirmar la semana pasada el pronóstico de los mercados financieros de una nueva alza a 4% en junio y no son pocos los analistas que hablan incluso de 4,25% a plazo.
En Estados Unidos, en cambio, las especulaciones giran en torno a la fecha en la que la Reserva Federal norteamericana va a bajar sus tasas.
«El billete verde está lastrado en comparación con el euro por especulaciones continuas del mercado acerca de que la desaceleración económica de Estados Unidos va a obligar a la Reserva Federal a empezar a flexibilizar su política monetaria en el transcurso de este año», explicó Paul Chertkow, del Bank of Tokyo-MUFJ.
«El dólar sigue ampliamente bajo presión», coincidió Gavin Friend, del Commerzbank.
«El mercado inmobiliario estadounidense, en el mejor de los casos, muestra señales de estabilización y la producción industrial ilustra claramente una menor dinámica de la economía», agregó.
«Al final no hay nada nuevo que pueda incitar a los mercados a tener una mejor opinión del billete verde», prosiguió el economista.
Esta nueva alza de la moneda europea llevó a la patronal francesa a reclamar una «verdadera política de cambio» en Europa. Las críticas a un euro fuerte y a la gestión del BCE se han multiplicado en Francia en los últimos meses.
«Es evidente que no tenemos a nivel europeo una verdadera política de cambio y sería deseable tener una», declaró a la prensa la presidenta de la principal organización patronal francesa, Laurence Parisot.