Difí­cil que estados prohí­ban celulares a conductores


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Luego que dos autobuses repletos con integrantes de la banda de música de una escuela secundaria se involucraron en una colisión múltiple causada en una autopista por un adolescente que intercambiaba mensajes de texto con su celular, los legisladores tuvieron una oportunidad de endurecer las restricciones sobre el uso de esos teléfonos al volante.

Por JIM SALTER SAN LUIS / Agencia AP

Pero la propuesta quedó atascada en medio de tácticas dilatorias.

Ahora, algunos funcionarios federales del transporte mencionan ese accidente como el motivo por el que pidieron a los estados, en la tercera semana de diciembre, promulgar una prohibición amplia del uso de teléfonos celulares por parte de los automovilistas, restringiendo incluso la utilización de los llamados dispositivos de «manos libres».

Pero serí­a difí­cil que los legisladores aborden el tema. Algunos se muestran escépticos de que el proyecto prospere en las legislaturas estatales del paí­s, y no hay muchos planes de presentar las propuestas de prohibición.

¿Cuál es el motivo? Aunque reconocen las crecientes preocupaciones de seguridad, los legisladores no quieren causar inconvenientes a los automovilistas, y consideran que una prohibición total representarí­a una de las intrusiones gubernamentales más profundas en la vida cotidiana de los motoristas que han incorporado los celulares a su rutina diaria.

Otros se muestran preocupados de que una prohibición resulte indefendible. Y la legislación sobre los celulares en la mayorí­a de los estados tardó ya años en ser aprobada.

«Es algo común la aprobación de otra ley», dijo Bill Stouffer, republicano de Misurí­ y presidente de la Comisión de Transporte del estado. «Pero cualquier cosa que aparte tu mirada del camino resulta tan mortí­fera como los mensajes de texto o las llamadas mediante el celular. ¿Dónde para esto? ¿Por qué no se prohibe consultar un mapa o comer mientras se conduce?»

La parte central de la propuesta de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB, por sus siglas en inglés) se derivó de un accidente ocurrido en agosto del 2010, al suroeste de San Luis. Una furgoneta se estrelló contra la parte posterior de un tractocamión sin remolque, que habí­a desacelerado al toparse con obras de reconstrucción en una autopista. Luego, los autobuses embistieron a ambos vehí­culos.

Murieron el conductor de la furgoneta Daniel Schatz, de 19 años, y una pasajera de un autobús, Jessica Brinker, de 15. Treinta y ocho personas, en su mayorí­a estudiantes, resultaron heridas.

Los investigadores dijeron que Schatz habí­a enviado y recibido 11 mensajes de texto en 11 minutos, justo antes del accidente.

La recomendación de la NTSB va mucho más allá que la serie de prohibiciones distintas que hay en diversos estados, muchas de las cuales no se cumplen. Treinta y cinco estados y el Distrito de Columbia prohí­ben el intercambio de mensajes de texto al conducir.

En la semana de Navidad, el propio secretario federal del transporte de Estados Unidos, Ray LaHood, advirtió que no respaldará una propuesta para prohibir a los automovilistas el uso de celulares, incluso los de manos libres. Con esa declaración, el funcionario habrí­a secundado los argumentos de fabricantes de vehí­culos y de teléfonos móviles, que experimentarí­an pérdidas ante la medida.

Nueve estados y el Distrito de Columbia prohí­ben hacer llamadas manipulando el celular. Ningún estado prohí­be el uso de dispositivos de manos libres a todos los conductores.

En Idaho, que históricamente se ha resistido a los mandatos federales y que es uno de siete estados sin una regulación al respecto, las propuestas de prohibición han sido rechazadas en las últimas dos sesiones legislativas. Los legisladores han señalado que resulta difí­cil hacer cumplir las disposiciones y que hacen falta nuevas directrices del gobierno.

Dakota del Sur tiene una ley más amplia, que desalienta el «conducir distraí­do», pero los legisladores se han opuesto firmemente a prohibiciones especí­ficas de los dispositivos electrónicos.

«Yo he escuchado todos estos testimonios descorazonadores en contra de los mensajes de texto al volante, y he pensado en todos los casos que he atendido y en los que alguien resultó herido en un accidente vial», dijo la representante republicana de Dakota del Sur, Betty Olson, técnico de emergencias médicas de Prairie City. «En casi todos ellos, los conductores iban distraí­dos, de modo que lo que iban haciendo contravení­a ya la ley. No prestarí­an más atención a una ley que prohí­be los mensajes de texto».

Los inconvenientes a los motoristas figuran también entre los factores citados por los legisladores estatales en sus argumentos para oponerse a la prohibición. Otros destacan que los celulares aportan beneficios. En algunas zonas rurales de Dakota del Sur, dijo Olson, un teléfono celular puede salvar la vida de un conductor.

Resulta difí­cil hacer que se cumplan las leyes sobre llamadas y mensajes de texto. Ante ello, Stouffer señaló que la policí­a tendrá incluso más dificultades si se prohiben los dispositivos de manos libres.

«Â¿Cómo va a saber un agente si estoy cantando mi canción favorita, que suena en la radio, o si estoy hablando por teléfono?», preguntó.

Incluso en Misurí­, donde ocurrió la colisión, el legislador que trató de ampliar la prohibición a los mensajes de texto considera que una medida más amplia constituye un exceso.

El estado ha prohibido que los conductores de 21 años o menos intercambien mensajes de texto desde el 2009. Varios legisladores propusieron una legislación para el año próximo, a fin de extender la medida a todos los automovilistas, pero fracasaron, en parte por las preocupaciones sobre si era posible verificar el cumplimiento.

Después del accidente, un intento similar de ampliar la prohibición se topó con tácticas dilatorias. El senador demócrata Ryan McKenna dijo que probablemente impulsará de nuevo una prohibición a los mensajes de texto, pero no a todo el uso del celular.